Friday, July 27, 2018

Nuevas fotos de Benedicto XVI


La versión oficial que nos han vendido es que Francisco visita frecuentemente a Benedicto XVI, en un principio se informaba de dichas visitas e incluso algunas veces proporcionaban fotos. De un tiempo a esta parte, sin embargo, a pesar de que las visitas ‘sorpresa’ de Francisco son documentadas con fotos y video —dígase cuando va a un orfanato, a un hogar geriátrico, etc—, las que hace a Benedicto han sido ignoradas, oficialmente de ellas si acaso se informa en Pascua o Navidad pero no se proporcionan fotos, menos video; la única excepción fue en Jun-28-2018, cuando Francisco no iba sólo sino con los 14 neocardenales acabados de crear en consistorio (ver aquí y aquí). Pareciera que hubiera una voluntad, desde la oficialidad, de invisibilizar a Benedicto. En ese orden, las fotos o videos que hemos venido conociendo del emérito Pontífice han sido proporcionadas por aquellos que lo visitan.

Un esguince a esta línea ocurrió hace dos días, cuando se conocieron seis fotos de Benedicto al ser visitado por el fotógrafo Stefano Spaziani, quien le obsequió un libro con una colección de fotos realizadas durante su pontificado. Dichas fotos, en este caso, no han sido publicadas por el visitante, i.e., Spaziani, sino por la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI en su pagina de Facebook.

El camino alemán para la subversión de la Iglesia


Este es un artículo de Marco Tosatti para La Nuova Bussola Quotidiana, Jul-25-2018. Traducción de Secretum Meum Mihi.

• INTERCOMUNIÓN
El camino alemán para la subversión de la Iglesia

Marco Tosatti | 25-07-2018


Una conversación con un prelado estadounidense hace descubrir la analogía entre la estrategia del Cardenal Marx en Alemania y lo que sucedió en los Estados Unidos con la creación de grupos católicos a favor del aborto. Pero aquí la estrategia apunta directamente al corazón de la Iglesia: la Eucaristía.

Hace unos días estaba hablando con un prelado de la iglesia estadounidense, y de algunos acontecimientos de una situación de crisis y de confusión que se están verificando, particularmente en Alemania. El tema central era el de la intercomunión. Es decir, de la posibilidad de que los cónyuges protestantes pudieran participar en la Eucaristía, pero sin convertirse al catolicismo; o sea, permaneciendo en la fe en la que se encontraban.

Hemos sido testigos de las diferentes fases del ballet. La aprobación de subsidio pastoral por parte de la Conferencia Episcopal Alemana, la apelación a Roma de siete obispos y cardenales, el aparente “stop” de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el aplazamiento de una discusión para el otoño, las declaraciones del Pontífice sobre la responsabilidad de los obispos individuales, las declaraciones a favor del experimento de algunos obispos, a las cuales sin embargo han respondido sacerdotes de su propia diócesis... En resumen, una situación de extrema confusión y poca de claridad. En lo cual se evidencia el empuje propulsor de los prelados de más allá de los Alpes, no controlado adecuadamente y frenado por aquellos que, en Roma, tendrían la autoridad para hacerlo.

Pero mi amigo del otro lado del oceáno me hizo notar algo interesante. Y es el modelo de estrategia establecido por el Cardenal Marx y sus cohermanos. Una estrategia que conoce bien, porque la vio concebir y poner en práctica hace mucho tiempo en su país. Cuando fue creado el Comité para el control del crecimiento de la población, y nacieron (y sobre todo los) Catholics for a Free Choice, es decir, los autoproclamados católicos que apoyaban y apoyan el aborto, ayudados por la Fundación Ford, fueron cumplidos varios pasos.

El primero fue crear cambios conceptuales por cuanto respectaba al aborto y la regulación del nacimiento. Una vez que se establecieron los fundamentos ideológicos y filosóficos de la operación, se pasó al momento sucesivo. Y es aquel en el que se creaba una discusión pública, para mover la opinión pública, y llevar el problema a primer plano, en los tiempos y de los modos deseados por los organizadores de la campaña. En ese momento el objetivo era cambiar, como sucedió, y como se ha hecho recientemente en Irlanda, la ley civil sobre el aborto. Y no es una coincidencia que Lifesitenews, un verdadero perro guardián [lit. watchdog, N.de T.] en estos temas, haya denunciado recientemente cómo la Fundación Ford había otorgado millones de dólares a organizaciones “católicas” que promueven el aborto en América Latina.

Pero —me hacía notar el prelado— el objetivo de los obispos alemanes parece mucho mayor en alcance y gravedad, ya que el intento es cambiar la ley eclesiástica, y tal vez sobre el punto más central y delicado, es decir, la Eucaristía. Una verdadera y propia revolución de la Iglesia, desde adentro. Y eso continuaría con otros objetivos, que ya se están delineando: el celibato eclesiástico, a través del “viri probati”, el diaconado femenino y la anticoncepción con métodos químicos o mecánicos.