Wednesday, April 11, 2018

¿Próximamente? : “Sínodo sobre el tema de la mujer en la vida y misión de la Iglesia”


Información de agencia ANSA, Abr-11-2018.

(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 11 ABR - La Pontificia Comisión para América Latina propuso un "sínodo sobre el tema de la mujer en la vida y misión de la Iglesia" en el documento final de su asamblea plenaria, que se desarrolló en el Vaticano. El encuentro tuvo lugar del 6 al 9 de marzo y tuvo como tema central "La mujer, pilar en la edificación de la Iglesia y de la sociedad en América Latina". "Esta Comisión Pontificia para América Latina no pretende proyectar sus programas y necesidades en la iglesia universal, sin embargo se plantea seriamente la cuestión de un sínodo de la Iglesia universal sobre el tema de la mujer en la vida y la misión de la Iglesia", dice el texto difundido hoy. En el documento se lee que "el cambio de época en el que estamos inmersos y que requiere de parte de la Iglesia una nueva propuesta de dinamismo misionero -el Evangelii gaudium!- exige un cambio de mentalidad y un proceso de transformación análogo al que el papa Francisco logro concretar con las asambleas del Sínodo sobre la Familia -que llevaron a la exhortación apostólica Amoris Laetitia- y que ahora se propone con la próxima asamblea sobre los jóvenes". "La Iglesia católica, siguiendo el ejemplo de Jesús, debe estar libre de prejuicios, estereotipos y discriminaciones sufridas por la mujer", sostiene la CAL.

Agrega que "las comunidades cristianas deben realizar una seria revisión de vida para una conversión pastoral capaz de pedir perdón por todas las situaciones en las cuales han sido y todavía son cómplices de atentados contra su dignidad".

"La apertura hacia las mujeres debe proceder de nuestra visión de fe y de la conversión, que mira al futuro con esperanza, a partir del evangelio de Jesús, quien demostró libertad, respeto y una extraordinaria capacidad de reavivar la llama del amor y de la entrega personal en tantas mujeres que conoció en su vida pública", dice el texto. El documento agrega que las iglesias locales tienen "la libertad y el coraje evangélico para denunciar todas las formas de discriminación y opresión, de violencia y explotación sufridas por las mujeres en distintas situaciones y para introducir el tema de su dignidad, participación y contribución en la lucha por la justicia y la fraternidad, dimensión esencial de la evangelización".

"Se invita a todas las instituciones católicas de enseñanza superior, en particular a las facultades de teología y filosofía, a continuar profundizando una teología de la mujer, a la luz de la tradición y del magisterio de la Iglesia, de renovadas reflexiones teológicas sobre la Trinidad y la Iglesia, del desarrollo de las ciencias, en especial de la antropología, como también de las actuales realidades culturales de los movimientos y aspiraciones de las mujeres", declara la CAL. El documento concluye con llamado: "Que se promueva en todas las iglesias locales y a través de las conferencias episcopales un diálogo franco y abierto entre pastores y mujeres comprometidas en diversos niveles de responsabilidad (dirigentes políticas, empresarias, líderes de movimientos populares y comunidades indígenas)".

“Dolor y vergüenza” de Francisco tras reporte de Mons. Scicluna sobre abusos sexuales en Iglesia chilena. Obispos convocados a Roma



Este es el texto de la carta, Abr-08-2018, que Francisco ha enviado a los Obispos de Chile, reunidos en la 115ª asamblea plenaria, tras haber examinado el reporte de Mons. Charles Scicluna sobre los abusos sexuales cometidos por miembros del clero en Chile. La carta ha sido publicada hoy por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

A los Señores Obispos de Chile.

Queridos hermanos en el episcopado:

La recepción durante la semana pasada de los últimos documentos que completan el informe que me entregaron mis dos enviados especiales a Chile el 20 de marzo de 2018, con un total de más de 2.300 folios, me mueve a escribirles esta carta. Les aseguro mi oración y quiero compartir con Ustedes la convicción de que las dificultades presentes son también una ocasión para restablecer la confianza en la Iglesia, confianza rota por nuestros errores y pecados y para sanar unas heridas que no dejan de sangrar en el conjunto de la sociedad chilena.

Sin la fe y sin la oración, la fraternidad es imposible. Por ello, en este 2º domingo de Pascua, en el día de la misericordia, les ofrezco esta reflexión con el deseo de que cada uno de Ustedes me acompañe en el itinerario interior que estoy recorriendo en las últimas semanas, a fin de que sea el Espíritu quien nos guíe con su don y no nuestros intereses o, peor aún, nuestro orgullo herido.

A veces cuando tales males nos arrugan el alma y nos arrojan al mundo flojos, asustados y abroquelados en nuestros cómodos “palacios de invierno”, el amor de Dios sale a nuestro encuentro y purifica nuestras intenciones para amar como hombres libres, maduros y críticos. Cuando los medios de comunicación nos avergüenzan presentando una Iglesia casi siempre en novilunio, privada de la luz del Sol de justicia (S. Ambrosio, Hexameron IV, 8, 32) y tenemos la tentación de dudar de la victoria pascual del Resucitado, creo que como Santo Tomás no debemos temer la duda (Jn 20, 25), sino temer la pretensión de querer ver sin fiarnos del testimonio de aquellos que escucharon de los labios del Señor la promesa más hermosa (Mt 28, 20).

Hoy les quiero hablar no de seguridades, sino de lo único que el Señor nos ofrece experimentar cada día: la alegría, la paz el perdón de nuestros pecados y la acción de Su gracia.

Al respecto, quiero manifestar mi gratitud a S.E. Mons. Charles Scicluna, Arzobispo de Malta, y al Rev. Jordi Bertomeu Farnós, oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe, por su ingente labor de escucha serena y empática de los 64 testimonios que recogieron recientemente tanto en Nueva York como en Santiago de Chile. Les envié a escuchar desde el corazón y con humildad. Posteriormente, cuando me entregaron el informe y, en particular, su valoración jurídica y pastoral de la información recogida, reconocieron ante mí haberse sentido abrumados por el dolor de tantas víctimas de graves abusos de conciencia y de poder y, en particular, de los abusos sexuales cometidos por diversos consagrados de vuestro País contra menores de edad, aquellos a los que se les negó a destiempo e incluso les robaron la inocencia.

El mismo más sentido y cordial agradecimiento lo debemos expresar como pastores a los que con honestidad, valentía y sentido de Iglesia solicitaron un encuentro con mis enviados y les mostraron las heridas de su alma. Mons. Scicluna y el Rev. Bertomeu me han referido cómo algunos obispos, sacerdotes, diáconos, laicos y laicas de Santiago y Osorno acudieron a la parroquia Holy Name de Nueva York o a la sede de Sotero Sanz, en Providencia, con una madurez, respeto y amabilidad que sobrecogían.

Por otra parte, los días posteriores a dicha misión especial han sido testigos de otro hecho meritorio que deberíamos tener bien presente para otras ocasiones, pues no solo se ha mantenido el clima de confidencialidad alcanzado durante la Visita, sino que en ningún momento se ha cedido a la tentación de convertir esta delicada misión en un circo mediático. Al respecto, quiero agradecer a las diferentes organizaciones y medios de comunicación su profesionalidad al tratar este caso tan delicado, respetando el derecho de los ciudadanos a la información y la buena fama de los declarantes.

Ahora, tras una lectura pausada de las actas de dicha “misión especial”, creo poder afirmar que todos los testimonios recogidos en ellas hablan en modo descarnado, sin aditivos ni edulcorantes, de muchas vidas crucificadas y les confieso que ello me causa dolor y vergüenza.

Teniendo en cuenta todo esto les escribo a Ustedes, reunidos en la 115ª asamblea plenaria, para solicitar humildemente Vuestra colaboración y asistencia en el discernimiento de las medidas que a corto, medio y largo plazo deberán ser adoptadas para restablecer la comunión eclesial en Chile, con el objetivo de reparar en lo posible el escándalo y restablecer la justicia.

Pienso convocarlos a Roma para dialogar sobre las conclusiones de la mencionada visita y mis conclusiones. He pensado en dicho encuentro como en un momento fraternal, sin prejuicios ni ideas preconcebidas, con el solo objetivo de hacer resplandecer la verdad en nuestras vidas. Sobre la fecha encomiendo al Secretario de la Conferencia Episcopal hacerme llegar las posibilidades.

En lo que me toca, reconozco y así quiero que lo transmitan fielmente, que he incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada. Ya desde ahora pido perdón a todos aquellos a los que ofendí y espero poder hacerlo personalmente, en las próximas semanas, en las reuniones que tendré con representantes de las personas entrevistadas.

Permaneced en mí (Jn 15,4): estas palabras del Señor resuenan una y otra vez en estos días. Hablan de relaciones personales, de comunión, de fraternidad que atrae y convoca. Unidos a Cristo como los sarmientos a la vid, los invito a injertar en vuestra oración de los próximos días una magnanimidad que nos prepare para el mencionado encuentro y que luego permita traducir en hechos concretos lo que habremos reflexionado. Quizás incluso también sería oportuno poner a la Iglesia de Chile en estado de oración. Ahora más que nunca no podemos volver a caer en la tentación de la verborrea o de quedarnos en los “universales”. Estos días, miremos a Cristo. Miremos su vida y sus gestos, especialmente cuando se muestra compasivo y misericordioso con los que han errado. Amemos en la verdad, pidamos la sabiduría del corazón y dejémonos convertir.

A la espera de Vuestras noticias y rogando a S.E. Mons. Santiago Silva Retamales, Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, que publique la presente con la mayor celeridad posible, les imparto mi bendición y les pido por favor que no dejen de rezar por mí.

Vaticano, 8 de abril de 2018

FRANCISCO

Al mismo tiempo la Conferencia Episcopal de Chile emitió el siguiente comunicado de prensa.

Dolor y vergüenza del Papa al conocer testimonios de graves abusos sexuales, de conciencia y poder en Chile

Tras conocer el informe de Mons. Charles Scicluna, el Pontífice convocó a los obispos a Roma para dialogar sobre sus conclusiones. Reconoció que él ha incurrido “en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación especialmente por falta de información veraz y equilibrada”. Pidió perdón a los ofendidos y lo hará personalmente con representantes de las personas entrevistadas por Mons. Scicluna y su colaborador el P. Bertomeu.


A través de una carta dirigida a los Obispos de la Conferencia Episcopal del Chile, el Papa Francisco da cuenta de su honda impresión tras haber recibido el informe realizado por Mons. Charles Scicluna , arzobispo de Malta, Presidente del Colegio para el examen de los recursos (en materia de delitos más graves) en la Congregación para la Doctrina de la Fe, y Mons. Jordi Bertomeu, oficial de dicha Congregación, luego del proceso de escucha realizado en Nueva York y en Santiago durante el mes de febrero.

En este documento el Pontífice señala que, luego de una lectura pausada de las actas de este proceso de escucha, “creo poder afirmar que todos los testimonios recogidos en ellas hablan de un modo descarnado, sin aditivos ni edulcorantes, de muchas vidas crucificadas y les confieso que ello me causa dolor y vergüenza”.

En la misiva, el Santo Padre se dirige al plenario de obispos de la CECh para invitarlos a trabajar juntos, en restablecer la confianza en la Iglesia chilena: “escribo a ustedes, reunidos en la 115ª asamblea plenaria, para solicitar humildemente vuestra colaboración y asistencia en las medidas que a corto, medio y largo plazo deberán ser adoptadas para restablecer la comunión eclesial en Chile, con el objetivo de reparar en lo posible el escándalo y restablecer la justicia”. Para estos fines, el Papa ha convocado a los los Obispos chilenos a Roma, para “dialogar sobre las conclusiones de la mencionada visita y mis conclusiones”.

En el texto, Francisco también reconoce que ha “incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada”. El Santo Padre, además, pide perdón a todas aquellas personas que ofendió y anuncia que se reunirá con representantes de las personas entrevistadas por quienes condujeron el proceso de escucha confiado.

“También en la Iglesia hay quienes no creen en el diablo”, entrevista con el exorcista P. Paolo Carlin

Información de In Terris, Abr-11-2018. Traducción de Secretum Meum Mihi.

“Incluso en la Iglesia hay quienes no creen en el diablo”

Después de la llamada del Papa a vigilar sobre la acción del maligno, el exorcista Padre Carlin interviene

FEDERICO CENCI


Cuidado con el diablo. El nuevo llamado del Papa Francisco se encuentra en los párrafos de la exhortación apostólica Gaudete et Exsultate, presentada el pasado lunes en el Vaticano. El odio, la tristeza, la envidia, los vicios: el Pontífice pone en guardia contra los que son los canales por los que la acción diabólica se introduce en nuestras vidas.

In Terris habló de ello con el P. Paolo Carlin, fraile capuchino, exorcista de la diócesis de Faenza desde 2014, miembro de la Asociación Internacional de Exorcistas, de la que es coordinador para Italia. Es autor del libro “De cura obsessis” (ed. San Paolo) en el que habla de su experiencia.

Padre Carlin, el Papa Francisco habla a menudo del diablo...

“Se refiere a la revelación bíblica y al magisterio de la Iglesia. Jesús mismo demuestra que el diablo no es una creencia o una representación del mal de algo que el hombre no comprende, sino es una realidad real verdadera y propia, personal e incorpórea. Paulo VI lo definió bien: un ser ‘vivo, espiritual, pervertido y pervertidor’”.

¿De dónde deriva, según Usted, la idea de que el diablo es sólo un mito, una representación simbólica?

“Deriva del iluminismo, cuando todo lo que es sobrenatural, incluida la presencia de Dios, fue considerado un mero hecho cultural. De ahí nace una corriente filosófica y literaria que tiende a estigmatizar la época del medioevo, liquidando la fe como forma de oscurantismo, la devoción popular e incluso la creencia del Maligno. Infortunadamente, esta tendencia continúa hasta el día de hoy. Pero también hay que subrayar otro aspecto.

Por favor...

“El mismo ‘enemigo’ tiende a engañarnos para que creamos que no existe. Contribuye a impregnar la cultura dominante haciendo pasar por locos a los que afirman su existencia. Y todas esas realidades asociativas que trabajan en lo oculto contribuyen a difundir esta idea”.

¿Y cómo laboran en lo oculto?

“Llevando a cabo cultos rituales que atestiguan su adhesión al ‘enemigo’”.

¿Estas realidades han influido en la opinión pública?

“Ciertamente, logran influir en la opinión pública, en la sociedad y en el orden establecido. Entonces asumamos también que estas mismas ideas son llevadas a cabo por los llamados ‘teólogos’ que consideran al diablo como una mera ‘representación del mal’. Si así fuera, Jesús sería un loco, un psicópata, porque él mismo combatía a los que se oponen a Dios”.

¿Observa, pues, que también en la Iglesia hay dudas sobre la existencia del diablo?

“Desgraciadamente sí, siempre ha existido una franja de consagrados que es ignorante al respecto. Y cuando uno es ignorante sobre un tema, o se asusta o niega la existencia. Cabe señalar que en la actualidad no está prevista ninguna formación específica. Antes en los seminarios existía un curso sobre ángeles y demonios, luego —no se sabe por qué— lo quitaron”.

¿Cuándo fue quitado este curso?

“Con el Concilio Vaticano II. Como ayer hoy en día estamos trabajando para restaurarlo, porque si los sacerdotes no forman, hay dificultades para hacer frente a esta problemática que es real”.

¿Piensa que por parte de los hombres de Iglesia sería necesario hablar más sobre el diablo y de las formas para combatirlo?

“Es la invitación que Jesús hizo: ‘Vigilen y oren, para no caer en tentación’. La acción ordinaria del ‘enemigo’ es la de tentar —a través de la confusión, el desorden, el miedo, la ansiedad, la depresión o incluso a través de acciones extraordinarias— para alejarnos de Dios y para hacernos pensar que el mal es más fuerte”.

¿Cuáles son las “acciones extraordinarias” a las que se refiere?

“Estas son acciones que no pueden ser explicadas por la ciencia, acciones que un hombre no puede realizar, sino sólo un ángel, aunque haya caído. Se clasifican en cuatro tipologías: obsesiones similares a las psiquiátricas pero cuyo origen es el demonio, la vejación, la posesión, las manifestaciones locales, cuando el maligno se manifiesta a través de lugares u objetos”.

El Papa hace referencia al hecho de que en los tiempos de Jesús un ataque epiléptico podía confundirse con la posesión. ¿Cómo distinguir en los Evangelios los exorcismos de Jesús de las curaciones?

“En los Evangelios la diferencia está claramente explicada. Las manifestaciones exteriores son similares, pero Jesús mismo nos hace comprender cuando se trata de enfermos y cuando no. En el caso en el cuál los apóstoles regresan a Jesús diciendo que no podían expulsar a los demonios, Jesús mismo les dice que ciertos demonios son expulsados sólo con oración y ayuno”.

¿La existencia del diablo presupone la existencia del infierno?

“Ciertamente, la existencia del diablo presupone la condición reservada al ‘enemigo’, a sus ángeles y a los que lo siguen. El Infierno y el Paraíso no son lugares, sino estados de ser eternos. El infierno está eternamente en la muerte, en la oscuridad, en las tinieblas. El Paraíso está eternamente en la vida, en la luz, en la alegría”.

El Papa ha hablado de las “armas” que tenemos para derrotar al diablo. ¿Qué tan importante es recordar la importancia?

“A mí me gusta hablar en los términos de San Pablo. El Apóstol dice: ‘Llevad el yelmo de la palabra de Dios” que, escuchada con frecuencia, protege la mente, la voluntad, la inteligencia de los asaltos del enemigo. Luego está la espada de la oración, a través de la cual invocamos la intervención de los que cazan al demonio: Jesús, María, los santos. Y sobre nuestros hombros debemos llevar la armadura, que son los sacramentos, o más bien la acción directa de Dios en mi vida, especialmente con la asidua frecuencia de la Confesión y de la Eucaristía”.

Frente a estas armas, ¿no tiene el ‘enemigo’ una oportunidad?

“No tiene ninguna. El demonio se insinúa cuando hay un pecado. Cuando no hay pecado, el diablo puede molestarnos, pero no de una manera incisiva. Jesús dice que ‘no serán tentados por encima de sus fuerzas’. Todo lo que nos sucede es para reforzar nuestra fe, no porque que seamos infortunados, sino precisamente porque somos amados por Dios. El mal no es más fuerte que el bien”.

Llamas andinas en la audiencia general


Información de agencia ANSA, Abr-11-2018.

(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 11 ABR - El papa Francisco saludó hoy, tras finalizar el recorrido a bordo del Papamóvil entre más de 20 mil fieles, a tres peregrinos del Tirol del sur que llegaron a Roma montados en sus llamas. Thomas Burger, Thomas Mohr y Walter Mair del Renon estrecharon las manos del pontífice y le regalaron medias de lana de alpaca blanca. Jorge Bergoglio también saludó a las llamas, Buffon, Shaquiri y Tiento, que desde el martes llamaron la atención de la gente, en su recorrido por las calles de Roma.

Card. Maradiaga: “La canonización de Romero será el día 21 de octubre, en Roma, coincidiendo con el Sínodo de los Obispos”

Lo informa la web antieclesial Religión Digital, Abr-121-2018, la cual cita al Card. Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga (de quien dijimos recientemente está en España), coordiandor del C-9: “La canonización de Romero será el día 21 de octubre, en Roma, coincidiendo con el Sínodo de los Obispos”.