Artículo de Il Sussidiario, Mar-09-2018. Traducción de Secretum Meum Mihi.
DIVORCIADOS VUELTOS A CASAR / El cardenal nigeriano: cuál es el verdadero problema de la Iglesia en Europa
Un cardenal nigeriano lanza una alarma a propósito del número cada vez menor de participantes en la liturgia y de las vocaciones en Occidente: “el verdadero problema de la Iglesia europea”
09 MARZO 2018 | PAOLO VITES
En una entrevista transmitida en la radio austríaca ORF, el cardenal nigeriano John Onaiyekan dijo que estaba sorprendido de cómo la Iglesia europea está preocupada y discute sólo de cuestiones como la comunión para los divorciados que se han vuelto a casar o el matrimonio homosexual. “El verdadero problema de la Iglesia europea”, dijo, “son las iglesias vacías, el hecho de que cada vez menos personas participen en la liturgia, y que cada vez más personas dejan de participar”. En Europa, durante muchos años, el número de cristianos practicantes ha ido disminuyendo continuamente, en la misa casi solo se ven personas ancianas, mientras que los jóvenes se mantienen alejados de ella. En África, en cambio, y también en la martirizada Nigeria, donde los cristianos son perseguidos por extremistas islámicos, el número de fieles aumenta cada vez más, algo que ocurre un poco en todo el tercer mundo. No solo eso, el cardenal dice que los europeos deberían preocuparse por el declive cada vez más visible de las vocaciones: “De lo que deberían preocuparse es de que ya no está claro entre las personas lo que significa ser cristianos”.
La referencia del cardenal es, obviamente, a las discusiones que en realidad interesan bien poco a los fieles, pero solo a algunos altos prelados y teólogos, sobre Amoris laetitia. En África, explicó John Onaiyekan, la homosexualidad es ilegal en casi todos los países y tanto los cristianos como los musulmanes se oponen al matrimonio homosexual, pero, dijo, la Iglesia no debería demonizarlos. La doctrina de la Iglesia, agregó, no necesita ningún cambio a este respecto, no se le debe acusar de atrasada si no se aprueba la homosexualidad y lo que sigue. Aceptar las relaciones homosexuales “no es un signo de progreso”, dijo. Por otro lado, en lugar de los divorciados y vueltos a casar, su posición siempre ha sido decirles que incluso si no pueden recibir la comunión, deben sentirse alentados a participar regularmente en la vida de la Iglesia y la liturgia: “No deben sentirse excluidos”.