Seguidamente vamos a ejemplificar con dos casos de la vida real cómo es que en la práctica se realiza el tal “cambio de paradigma” del que habla el card. Parolin ha surgido con Amoris Lætitia: Un nuevo espíritu, un nuevo enfoque.
1- Artículo de Giornale Di Monza, Feb-27-2018. Traducción de Secretum Meum Mihi.
Discriminada por la Iglesia, pide ayuda al Papa Francisco
Como mujer divorciada, no se le permitió actuar como madrina en el bautismo de su sobrina
Obligada a poner fin a su matrimonio debido a la violencia que sufrió, se sintió discriminada por la Iglesia por ser mujer divorciada. Por lo tanto, decidió pedirle ayuda al Papa.
La historia
La protagonista Maria Lucía Schiavone, una residente de Arcore de 58 años de edad, decidió escribirle al Papa Francisco después de que no pudiera actuar como madrina en el bautismo de su sobrina, por ser divorciada. La mujer ha querido denunciar el comportamiento de un sacerdote de la Diócesis de Nápoles que, hace unos días, siguiendo a la letra las leyes del Derecho Canónico, no se le permitió actuar como madrina.
La violencia
“Del matrimonio tuve dos hermosas hijas. Con el pasar de los años, sin embargo, mi marido había comenzado a asumir actitudes cada vez más violentas hacia mí, llegando directamente a amenazarme de muerte y una de mis dos hijas —narró la mujer— Un episodio que me dio la fuerza para reaccionar y rebelarme. Ya no podría vivir al lado de un hombre violento que puso en peligro mi vida y la de mis hijas”.
La carta al Papa
“Sé que al interior de la Iglesia hay una gran discusión sobre esta temática que se está volviendo cada vez más importante —continuó María Lucía— En la carta he querido expresar toda mi rabia frente a aquellos que predican misericordia y luego tienden a marginar y a excluir”.
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2- Artículo de Giornale Di Sicilia, Feb-27-2018. Traducción de Secretum Meum Mihi.
Sacerdote le negó la comunión durante 10 años porque es vuelto a casar, la protesta de un concejal de Licata
LICATA. Nada de eucaristía durante más de diez años, su culpa es la de haberse divorciado y ser vuelto a casar. Por la enésima vez, Angelo Vincenti, concejal comunal de Licata y ex presidente del consejo comunal, se vio negado de la eucaristía por parte del padre don Tobias Kuzeza, párroco de la iglesia de Sant'Agostino.
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“Por enésima vez ví que no era Jesús quien se estaba alejando de mí —declaró Vincenti— sino la voluntad de un hombre que, en virtud de su juicio y de la túnica que llevaba, había decidido que yo no merecía recibir el cuerpo de Cristo. Reprimí mis lágrimas porque se me negaba la salvación del alma y del espíritu y no hay nada peor que ver la hostia consagrada sumergida en la sangre de Cristo, verla acercándose a tu boca y luego vuelta a ponerla en el cáliz”.
El mismo Vincenti recuerda que desde 2016 el Papa Francisco abrió sus puertas a aquellos que se han vuelto a casar y desean tomar la Eucaristía. “Para los divorciados que viven una nueva unión es importante hacerles sentir que son parte de la Iglesia”, escribió el Pontífice en la exhortación apostólica Amoris Laetitia.