Hace dos días leímos en el blog de Marco Tosatti que después de Pascua habría una sorpresa de @pontifex, y teorizaba con un posible consistorio para la creación de nuevos cardenales.
Bueno, si se quiere buscar otra posibilidad para una “sorpresa”, tómese por ejemplo lo que un italiano del común leyó hoy en primera página cuando tómo su copia de la edición dominical de Corriere Della Sera.
Pacto con la China sobre los obispos. «El Papa Decidió»
«Por cuanto respecta, la decisión está tomada: desde finales de Marzo en adelante cada día es bueno para firmar el acuerdo con las autoridades chinas sobre el procedimiento de nombramiento de obispos católicos». Así un exponente vaticano confirma el importante paso en el avance en las relaciones entre la Iglesia Católica y Pekín.
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Es decir, la cosa está ya cocinada. En páginas interiores se hace énfasis sobre este aspecto, baste leer el titular, que es el mismo que trae la versión web de la información: «Después de marzo el acuerdo sobre los obispos: «China, el Papa ya ha dicho sí»”.
El artículo dedica una gran porción al aspecto diplomático y las consecuencias que una tal decisión traería, y más bien poco respecto a las consecuencias espirituales, pero destacamos este pasaje que denota que, caso de realizarse el acuerdo como está planteado, se ha dado prioridad a lo primero y dejado a un lado lo segundo.
«Se trata de pasar página», se explica en la Roma papal. «Ya no queremos una Iglesia que debe ser, por definición, la oposición del gobierno chino. Se necesita dialogar en modo pragmático, superando la ideología de la Guerra Fría y de enfrentamiento». Nadie está dispuesto a apostar que todos en la llamada Iglesia clandestina aceptarán, aunque las señales son positivas. Los dos obispos «no oficiales» que aún se oponían al acuerdo fueron convencidos a aceptar por obediencia al Papa de que se retiraran para hacer puesto a los designados por la Iglesia Patriótica China, es decir, por el gobierno. «Sabemos que se trata de un mal negocio, porque los chinos tienen el cuchillo por el mango, y cada vez que los católicos lo agarramos, sangramos. Pero Pekín acepta que la Iglesia de Roma entre en las cuestiones religiosas: cosa nunca antes admitida. Y luego, hoy la puerta está entreabierta. Mañana podría cerrarse y cualquier diálogo sería más difícil. Mejor un mal acuerdo que ningún acuerdo», es el mantra de la diplomacia del Vaticano.
¿No suena eso como lo que se hacía en la epoca del card. Agostino Casaroli, i.e., östpolitik? Pues no es de extrañar porque, como se reportó en su momento, el propio cardenal Parolin dijo en su primera entrevista cuando fue nombrado Secretario de Estado, que el östpolitik seguiría pero reinventado.
Lo dijimos: El card. Zen viajó a Roma y regresó sin lo que aspiraba, pero con un auto nuevo.