Según The New York Times, el Obispo de Mindong, Guo Xijin, de 59 años, estaría dispuesto a ceder su lugar en aras de un acuerdo entre el Vaticano y el gobierno Chino.
El obispo Guo Xijin es uno de los dos obispos clandestinos, i.e., legítimos pero no reconocidos por el gobierno Chino, a los que el Vaticano le habría pedido hacerse a un lado dejando sus lugares a obispos de la Asociación Católica Patriótica para favorecer un acuerdo con el gobierno comunista respecto al nombramiento de obispos.
Hablando en su primera entrevista desde que se conoció la noticia, el obispo Guo dijo que si le presentaban un documento verificablemente auténtico del Vaticano, “entonces debemos obedecer la decisión de Roma”.
“Nuestra posición constante es respetar el trato hecho entre el Vaticano y el gobierno chino”, dijo el obispo Guo antes de la misa vespertina en la catedral subterránea de este pequeño pueblo. “Nuestro principio es que la Iglesia Católica china debe tener una conexión con el Vaticano; la conexión no se puede cortar”.
Pero el obispo Guo dijo que en sus numerosos tratos con las autoridades chinas, había sentido una falta de voluntad para permitir que el Vaticano tenga la última palabra sobre la vida espiritual católica.
“El gobierno chino no dice explícitamente que tenemos que desconectarnos” de Roma, dijo. Pero cuando las autoridades hablan de una iglesia china que funciona independientemente, agregó, “en algunas circunstancias tiene tal implicación”.
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Dijo que las autoridades no se dan cuenta de que separar a la iglesia local de la iglesia global convierte a los católicos locales en “creyentes de segunda clase”. Mientras que los católicos de otros países pueden establecer las reglas por las que viven los miembros de la iglesia global, a los chinos no les es permitido participar por Beijing.
“Una vez le dije al gobierno chino que cuando Usted restringe las iglesias en China para contactar a Roma, de hecho está abofeteando su propio rostro”, dijo. “Necesitamos participar para que la voz china” se escuche en la iglesia más grande.
Sin embargo, tomando una perspectiva a largo plazo, el Obispo Guo dijo que las restricciones a los católicos chinos se habían relajado.
“Creo que el gobierno lo está abriendo gradualmente”, dijo. “Aunque a este respecto, el gobierno todavía tiene un poco de preocupación”.