Artículo de Rádio Renascença, Feb-06-2018. Traducción de Secretum Meum Mihi.
Patriarca establece orientaciones para admisión de “recasados” a los sacramentos en algunos casos
6 de febrero de, 2018 • Felipe de Avillez
Don Manuel Clemente insiste en que, aún cuando hubiere acceso a los sacramentos, el proceso de discernimiento debe continuar para adecuar lo más posible la situación actual al ideal cristiano del matrimonio.
El Patriarcado de Lisboa dispone a partir de este martes orientaciones que permiten, en algunos casos, que los católicos en situaciones matrimoniales irregulares puedan acceder a los sacramentos.
Después de Braga, Viseu y Aveiro, ahora es Lisboa quepublica normas para regular el regreso a los sacramentos de personas en situación irregular, siguiendo la exhortación apostólica “Amoris Laetitia”, del Papa Francisco.
En las normas publicadas este martes en el sitio del Patriarcado, Don Manuel Clemente subraya que estas normas no deben ser entendidas como una apertura sin restricciones y universal, recordando que el propio Papa dice que se debe aplicar sólo a “ciertos casos” y que pone la posibilidad en condicional, después de un proceso de discernimiento.
Además de la propia “Amoris Laetitia”, que en la ya famosa nota al pie de página 351 habla en la posibilidad de acceso a los sacramentos después del discernimiento, Don Manuel Clemente se basa en esta nota, en la carta enviada por Francisco a los obispos de la región pastoral de Buenos Aires, entretanto publicada como documento oficial del magisterio y en las indicaciones dadas por el vicario general de Roma a los sacerdotes de su diócesis.
Para los fieles de la Patriarcado de Lisboa se hace la llamada a acompañar a las personas en situación irregular y “verificar atentamente la especificidad de cada caso” para ver, incluso si no es posible resolver la cuestión mediante el recuso al tribunal eclesiástico, en caso de que haya la posibilidad de declarar la nulidad del primer matrimonio.
A continuación, pide Don Manuel, debe proponerse a la pareja en situación irregular la posibilidad de vivir en continencia, es decir, sin la práctica de relaciones sexuales, que la Iglesia considera sólo adecuadas en un contexto de matrimonio. Sin embargo, en el caso en que las situaciones en que esto no se presenta como viable o posible, se debe “atender a las circunstancias excepcionales y a la posibilidad sacramental, de conformidad con la exhortación apostólica y los documentos arriba citados”.
En una cita del documento de la diócesis de Roma, se deja claro que este proceso de discernimiento debe ser conducido siempre por un confesor.
“¿Cómo debe entenderse esta apertura? Ciertamente no en el sentido de un acceso indiscriminado a los sacramentos, como a veces sucede, sino de un discernimiento que distinga adecuadamente caso por caso. ¿Quién puede decidir? (...) No me parece que haya otra solución que la del fuero interno. De hecho, el fuero interno es el camino favorable para abrir el corazón a las confidencias más íntimas y, si se ha establecido en el tiempo una relación de confianza con un confesor o con un guía espiritual, es posible iniciar y desarrollar con él un itinerario de conversión largo, paciente, hecho de pequeños pasos y de verificaciones progresivas. Por lo tanto, no puede ser sino el confesor, a cierta altura, en su conciencia, después de mucha reflexión y oración, quien tenga que asumir la responsabilidad ante Dios y el penitente, y pedir que el acceso a los sacramentos se haga de forma reservada”, se lee.
Por último, el patriarca recuerda que ese regreso a los sacramentos, si se da, no sea visto como el fin del proceso de discernimiento, sino que éste continúe siempre en el sentido de adecuar “siempre más la práctica al ideal matrimonial cristiano y a la mayor coherencia sacramental”.
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