Nunca querría ser parte de un cisma, al Papa lo ayudo diciendo la verdad. Entrevista con el card. Burke
Una nueva entrevista con el Card. Raymond Leo Burke, en esta ocasión para el periódico Il Giornale, Dic-01-2017. Traducción de Secretum Meum Mihi.
El cardenal Müller se ha atrevido a hablar del riesgo de un cisma. Según usted, ¿es esta una hipótesis posible?
«El peligro de un cisma siempre está presente cuando hay la confusión y es evitable precisamente a través de la presentación de la fe de un modo claro. Creo que Müller solo quería señalar un peligro y no creo que estuviera sugiriendo una cosa del género. En cualquier caso, adonde quiera que yo vaya, encuentro fieles que aman a la Iglesia, pero que están preocupados porque no entienden cómo navegar en estas aguas tumultuosas».
A un año de distancia de la dubia, ¿espera una respuesta?
«Creo que en este punto, dado que el Papa aún no ha respondido, podría interpretarse el silencio, y también el reconocimiento de acuse de recibo de nuestras comunicaciones, como un signo de que el Papa de alguna manera no reconoce estas acciones como dignas y legítimas».
Muchos fieles piden a ustedes cardenales palabras claras...
«No creo que haya dudas sobre lo que yo pienso, pero al mismo tiempo se debe promover la causa de la Verdad como dice San Pablo: Combatir la buena batalla con juicio y respeto. Si alguien tiene la impresión de que yo estoy defendiendo la Verdad demasiado lentamente, debe tener en consideración que la situación es delicada. Yo nunca querría ser parte de un cisma. Algunos dicen: Ya hay un cisma no declarado. Aquí, debo tener cuidado de no contribuir a tal situación».
Algunos episcopados parecen muy críticos con Francisco. ¿Invenciones de la prensa?
«Yo soy un cardenal del Papa, un miembro del Senado del Papa y un consejero del Papa: para mí la confusión es preocupante. Casi me parece que la Iglesia se está convirtiendo en un grupo de Iglesias nacionales. Países vecinos tienen posiciones opuestas incluso sobre los sacramentos. No es posible que una persona esté en un estado público de pecado grave, pero tenga aún acceso a los sacramentos: es un hecho gravísimo».
¿Crees que el Papa Emérito esté [siendo] instrumentalizado?
«Me acusan de ser un enemigo del Papa, pero nunca he expresado juicios negativos sobre el Pontífice. En verdad, como le he dicho a Francisco, la única posibilidad que tengo de ayudarlo es decir la verdad. Desafortunadamente, siempre cada vez más la Iglesia es leída a través de partidos contrapuestos. Quien instrumentaliza al Papa Emérito lo hace para avanzar en una agenda. Se necesita salir de una visión politizada y enfocarse en Cristo».
Incluso con respecto al ius soli, parece que la Iglesia tenga más sensibilidad...
«El papel de la Iglesia no es promover una ley que trata de los juicios prudenciales sobre cuáles hombres justos pueden tener pareceres diferentes: debemos presentar el ethos, para ayudar a los legisladores a tomar las decisiones justas. Para mí es malo que la Iglesia ejercite el papel de un partido que apoya una ley específica en una cuestión que debe tenida dentro de los confines de un juicio prudencial. Por lo demás, en cambio, debe suceder para las leyes relativas a las cuestiones fundamentales de la vida humana, como el matrimonio y la familia. En este caso la Iglesia debe exponer sus principios morales, que excluyen la violación de la inviolabilidad de la vida humana y de la integridad del matrimonio. Sobre el ius soli creo que se deba ser prudentes a causa de las repercusiones de la disposición sobre la identidad de este País».
Il Giornale y Gli Occhi della Guerra también este año estarán al lado de los cristianos perseguidos...
«Muy pocos se ocupan de este drama. Debemos estar al lado también alzando las voces para defender sus derechos. La Sagrada Escritura dice que debemos ser caritativos con todos, pero sobre todo con aquellos que hacen parte de la casa de fe. Es muy importante que se hable de ello».