Cuando le preguntan a Francisco (en este caso un periodista amigo partidario suyo) si es marxista, lo niega, pero dice no molestarle. Si le preguntan si es comunista, dice que tampoco, pero afirma que los comunistas son los que le han robado la bandera a los cristianos, por tanto son cristianos. Hemos visto explicaciones de ciertos opinadores que niegan que Francisco sea revolucionario. Pero a estos últimos se les cae la defensa, porque es él mismo el que se define como tal.
Según su ateo amigo, Eugenio Scalfari, quien gusta de poner palabras en boca de Francisco sin ser desautorizado, en su editorial para La Repubblica, Nov-26-2017, Francisco lo ha aceptado. En un aparte Scalfari reconstruye (¿se inventa?) el inicio de una conversación telefónica entre él y Francisco (por la forma en la que relata —o inventa—, se sobreentiende que el que llama es Francisco).
A menudo, hablando del papa Francisco, lo he llamado revolucionario y un día, en una conversación telefónica nuestra a mi «aló» ha respondido «aquí habla un revolucionario».
Scalfari inmediatamente pasa a aclarar que lo dijo en broma. Sin embargo, sea en broma o en serio, lo ha admitido, a diferencia de los otros dos adjetivos arriba aludidos, que rechaza.
Y como no hay quién desmienta a este señor, debemos creer que en efecto esa historia es cierta: Francisco, según él mismo, es revolucionario.