Saturday, November 11, 2017

La conciencia prima, videomensaje de Francisco a simposio sobre Amoris Lætitia



Texto del videomensaje que Francisco ha enviado a los participantes en el Tercer Simposio Internacional sobre la exhortación apostólica Amoris Lætitia, que se realizó hoy en Roma y cuyo tema era: “El Evangelio del amor entre conciencia y norma", organizado por la Oficina de Familia de la Conferencia Episcopal Italiana (fuente: boletín diario de la Oficina de Prensa de la Santa Sede).

Queridos hermanos y hermanas: ¡buenos días!

Saludo cordialmente a todos vosotros que participáis en el Tercer Simposio Internacional sobre la Exhortación Apostólica Amoris laetitia organizado por la Oficina de la Familia de la Conferencia Episcopal Italiana.

El tema que habéis propuesto : "El Evangelio del amor entre conciencia y norma", es de gran importancia y puede iluminar el camino que están haciendo las Iglesias en Italia, también para responder al deseo de familia que surge en el alma de las jóvenes generaciones. El amor entre el hombre y la mujer está, claramente, entre las experiencia humanas más generativas, es levadura de la cultura del encuentro y aporta al mundo actual una inyección de sociabilidad: verdaderamente "el bien de la familia es decisivo para el futuro del mundo y de la Iglesia»[1]. Efectivamente, la familia que nace del matrimonio engendra vínculos fecundos que son el antídoto más efectivo contra el difuso individualismo; sin embargo, en el camino del amor conyugal y de la vida familiar, hay situaciones que requieren decisiones arduas que se deben tomar con rectitud. En la realidad doméstica a veces hay nudos concretos que deben abordarse con conciencia prudente por parte de cada uno. Es importante no dejar solos ni a los cónyuges ni a los padres sino acompañarles en el esfuerzo de aplicar el Evangelio a la vida concreta. Por otro lado, somos conscientes de que " estamos llamados a formar las conciencias, pero no a pretender sustituirlas.".[2]

El mundo contemporáneo corre el peligro de confundir la primacía de la conciencia, que siempre debe respetarse, con la autonomía exclusiva del individuo con respecto a las relaciones que vive.

Como dije recientemente en la Academia Pontificia para la Vida, " Hay quienes incluso hablan de egolatría, es decir, de una verdadera adoración del ego, en cuyas aras se sacrifica todo, incluyendo los afectos más queridos. Esta perspectiva no es inofensiva: dibuja un sujeto que se mira constantemente en el espejo, hasta que llega a ser incapaz de volver sus ojos a los demás y al mundo. La propagación de esta actitud tiene repercusiones gravísimas en todos los afectos y vínculos de la vida "[3]. Es una "contaminación" que corroe las almas y confunde las mentes y los corazones, produciendo falsas ilusiones.

Romano Guardini, en un texto sobre el tema de la conciencia, indica el camino hacia la búsqueda del bien verdadero. Así, escribe: "De este encarcelamiento en mí mismo me libro solo si encuentro un punto, que no sea mi yo; una altura por encima de mí. Algo sólido que actúe en mi interior. Y aquí llegamos al núcleo [...] , es decir a la realidad religiosa. Ese bien [...] es algo vivo. [...] Es la plenitud del valor mismo del Dios vivo".[4]

En lo íntimo de cada uno hay un lugar donde el Misterio se revela e ilumina a la persona haciéndola protagonista de su historia. La conciencia - recuerda el Concilio Vaticano II, es "el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que éste se siente a solas con Dios, cuya voz resuena en el recinto más íntimo de aquélla"[5]. El cristiano debe prestar atención para que en esta suerte de tabernáculo no falte la gracia divina, que ilumina y fortalece el amor matrimonial y la misión paternal. La gracia llena las "ánforas" de los corazones humanos con una extraordinaria capacidad de don , renovando para las familias de hoy el milagro de las bodas de Cana.

Comentando una vez ese episodio evangélico dije que “ transformando en vino el agua de las ánforas utilizada para la purificación ritual de los Judios "(v. 6), Jesús da una señal elocuente: transforma la Ley de Moisés en el Evangelio, portador de alegría"[6]. Jesús indica en particular la medicina de la misericordia, que cura la dureza del corazón, restableciendo la relación entre marido y mujer, y entre padres e hijos.

Queridos hermanos y hermanas, os deseo todo lo mejor para vuestro trabajo en este Simposio. Ojalá ayude a la Iglesia en Italia a asimilar y desarrollar el contenido y el estilo de Amoris laetitia, contribuya a la formación de los animadores de grupos familiares en las parroquias, asociaciones y movimientos y sostenga el camino de tantas familias, ayudándolas a vivir la alegría del Evangelio y a ser células activas en la comunidad. Os bendigo de todo corazón y os pido, por favor, que recéis por mí.

[1] Exhor. Ap. Post. Amoris laetitia, 31.

[2] Ibid. 37

[3] Discurso a los participantes en la Asamblea General de la Academia Pontificia de la Vida, 5 oct. 2017

[4] La coscienza, Brescia 1933, 32-33

[5] Const. Past. Gaudium et spes, 16

[6] Catequesis de la audiencia general, 8 junio 2016

“El tema está ahí”, prefecto de la Congregación para el Clero sobre los viri probati


Es muy probable que algunos de Ustedes hayan visto recientemente en algún medio comunicativo, autodenominado católico, que Francisco no está abriendo la puerta a la ordenación de hombres casados, ó algo similar. Y lo que estos medios hacen es conseguir a alguien que opine sobre el tema para después convertir la opinión en una afirmación. Desgraciadamente los católicos rasos no tienen ni el tiempo, y a veces la inquietud necesaria, para contrastar este tipo de informaciones tendenciosas.

La aclaración viene porque en reiteradas ocasiones hemos tratado de hacer notar que en la agenda de Francisco el tema de la ordenación sacerdotal está incluido. Y no solamente ahora con la oficialización de un Sínodo para la Amazonía, sino desde hace mucho tiempo.

Pues bien, vamos a sumar una nueva voz para confirmar una vez más que no es equivocada nuestra percepción. Se trata del Prefecto de la Congregación para el Clero. el card. Beniamino Stella, quien ha concedido una entrevista a Alfa y Omega en la cual es preguntado sobre ese tema. Aquí la respuesta.

Hace unos meses, el Papa se refirió a los viri probati (hombres casados con fe madura y contrastada a los que, de manera extraordinaria, se les podría permitir el acceso al orden sacerdotal). ¿Va a tomar mayor relevancia esta figura, sobre todo, ante la celebración del Sínodo panamazónico que abordará un contexto donde la falta de sacerdotes es importante?

El Papa ha dicho que es un tema que «se puede discutir». Creo que ha usado esas palabras. En el Sínodo panamazónico se va a presentar una realidad inmensa, donde la falta de sacerdotes es grande y en la que las comunidades no pueden celebrar la Eucaristía, que es la alimentación de la vida cristiana. El Papa tiene esto como un tema que lo hace sufrir. Tener la Eucaristía es un derecho de todo bautizado. Que se vaya a poner en marcha en el Sínodo, no lo sé. El tema está ahí y el Papa ha dicho a los obispos que vayan pensando, proponiendo para dar así respuesta al problema de esa realidad geográfica.

Recomendamos leer la entrevista completa, porque antes de la respuesta que acabamos de publicar, el card. Stella discretamente descarta una redistribución de los clérigos de áreas del planeta en donde abundan a áreas en dónde escasean. Ello parecería respaldar aquello de que “el Papa no quiere esto” porque después del Concilio ya no deberían existir los misioneros, dicho una vez por el card. Hummes cuando alguien le planteó esa posibilidad para la escasez de sacerdotes en la Amazonía.

Con lo que el pilotado Sínodo seguirá su camino al punto preestablecido sin moverse un ápice.

Homilía del Card. Zen durante Misa por sacerdote subterráneo difunto: “La Santa Sede opta por el compromiso e incluso por venderse al mejor postor”


Información de AsiaNews, Nov-11-2017.

Misa por un sacerdote subterráneo difunto. El Card. Zen pide a Dios la gracia de salvar ‘del precipicio’ a la Iglesia china y a la Santa Sede

Li Yuan

El Pbro. Wei Heping, de 41 años, murió en circunstancias misteriosas, al ser arrojado a un río en Taiyuan (Shanxi). Para la policía, él se suicidó. A los familiares ni siquiera se les ha permitido ver el informe de la autopsia. Para el Card. Zen, la Santa Sede (que “no es necesariamente el Papa”) busca un compromiso con el gobierno chino a toda costa, arriesgando “que la Iglesia fiel sea vendida al mejor postor”. Justicia y Paz publica un librito sobre el P. Wei, para no olvidarlo.

Hong Kong (AsiaNews) - El card. Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong, ha pedido a Dios la gracia de poner freno a la Santa Sede, “al borde del precipicio, para que no se venda al mejor postor a la Iglesia fiel” en China [entregándola al gobierno chino]. El purpurado ha expresado sus preocupaciones en su homilía, al recordar al Pbro. Wei Heping (alias Yu Heping), muerto hace dos años en circunstancias misteriosas y sospechosas.

La misa se celebró ayer por la tarde, en la Iglesia de San Judas, y fue organizada por la comisión diocesana de Justicia y Paz. Precisando que “la Santa Sede no es necesariamente el Papa”, el purpurado ha resaltado cómo a lo largo de estos años, en los cuales se ha emprendido un diálogo inicial entre Beijing y el Vaticano, la Santa Sede a menudo ha permanecido callada ante graves acontecimientos sucedidos en la Iglesia china, como han sido la muerte del P. Wei, la prisión de Mons. Santiago Su Zhimin, la destrucción de las cruces y de las iglesias en Zhejiang, permaneciendo en silencio.

“El diálogo – dijo el Card. Zen- es importante y necesario. De todos modos ella [la Santa Sede] es demasiado optimista en relación al régimen comunista. Y confía en la diplomacia en lugar de [depositar su confianza] en la fe. Para llegar a un acuerdo, renuncia a cualquier puesta de límites”.

“Continuamente - agregó - la Santa Sede opta por el compromiso e incluso por venderse al mejor postor, en lugar de allanar las cosas. Pero esto no es lo que Dios espera de la Iglesia, y no es para nada fiel a la misión que Jesús ha encomendado a los apóstoles”.

Estos comentarios parecen haber sido provocados por ciertas noticias que el cardenal ha recibido recientemente y que resultan “sumamente chocantes”. Antes, el Card. Zen pensaba que las negociaciones estaban atravesando un momento de estancamiento, y recomendaba que “el Papa fuese más cauteloso”, quizás porque “Beijing había expresado otros requerimientos con los cuales él no podía estar de acuerdo”.

Sin mencionar la diócesis, el obispo emérito de Hong Kong dijo que “ellos están impulsando un plan malvado: pedir a los obispos fieles que presenten su renuncia para así dejar el lugar libre a los obispo ilícitos y excomulgados. ¡Esto es un rayo en el cielo sereno! Y también marca que se aproxima un enorme desastre para la Iglesia”.

“Hay quien puede llegar a pensar que yo esté usando la misa para quejarme- agregó. No, yo creo que el padre Wei está usando mi boca para comunicarse. Estas palabras sirven para darnos a conocer qué tipo de gracia debemos pedir hoy”.

El cuerpo del P. Wei, un vivaz sacerdote de 41 años de edad, perteneciente a la comunidad subterránea (cladestina) fue hallado en circunstancia sospechosas en el río Ren, cercano a la ciudad de Taiyuan (Shanxi) el 8 de noviembre de 2015. Se esperaba que el sacerdote llegase el día anterior, luego de un viaje a la provincia de Liaoning.

Según fuentes eclesiásticas, que siguen de cerca su caso, la autopsia reveló una vasta zona hemorrágica en la zona derecha del cerebro, pero no hay heridas visibles sobre la piel. La policía llegó a la conclusión de que él había cometido un suicidio y dio por archivado el caso.

A los familiares del P. Wei no se les ha permitido obtener una copia del informe de la autopsia y han solicitado la reapertura de la investigación, pero la policía ha rechazado su solicitud.

Una fiel de la comunidad subterránea ha dado las gracias al Card. Zen por haber recordado al padre Wei y las dificultades de la Iglesia en China, y ha dicho que ha quedado muy triste después de la lectura de la homilía del cardenal, que hoy fue publicada en su blog: “Tras haberla leído entera, me sangra el corazón. Como ha dicho el cardenal, quizás debamos retirarnos a una caverna y llorar. Pero mi corazón no se queda en paz”.

La comisión Justicia y Paz, que ha organizado la misa para el P. Wei, también ha publicado un librito, en versión impresa y en formato digital, titulado “Peregrino de paz”, valiéndose simbólicamente de su nombre (Heping significa “paz”) y remarcando su incansable compromiso en favor de la evangelización (ver aquí).

El librito transcribe algunos artículos escritos por su familia, y por amigos y fieles que han recibido la catequesis del sacerdote, y que esperan que los católicos no se olviden del padre Wei, hasta que se esclarezca la verdad sobre su muerte.

El texto también incluye una reflexión del sacerdote y una opinión sobre las relaciones que rigen entre China y el Vaticano, titulada “el tiempo le pertenece a Dios”. En la misma, él dice estar en contra de correr apresuradamente hacia un acuerdo, si la situación política aún no está lista para ello.