En la homilía durante la Santa Misa en sufragio de los cardenales y obispos fallecidos durante el año 2017 (nota al márgen: Es 2017, no como dice el sitio de internet del Vaticano en español, que se quedó en 2016)...
...Francisco ha discretamente, demasiado discretamente, respaldado el Pro Multis. Nos referimos a la traducción a las lenguas vernáculas de las palabras consecratorias del cáliz durante la celebración de la Misa.
Comentando el primera lectura, Daniel 12 1-3, Francisco ha dicho:
La primera lectura expresa una firme esperanza en la resurrección de los justos: «Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra despertarán: unos para vida eterna, otros para vergüenza e ignominia perpetua» (12,2). Los que duermen en el polvo, es decir, en la tierra, son obviamente los muertos, y el despertar de la muerte no es en sí mismo un retorno a la vida: algunos despertarán para la vida eterna, otros para vergüenza eterna. La muerte hace definitiva la «encrucijada» que ya está ante nosotros aquí, en este mundo: la senda de la vida, es decir, con Dios, o la senda de la muerte, es decir, lejos de Él. Esos «muchos» que resucitarán para la vida eterna son los «muchos» por los que Cristo ha derramado su sangre. Son esa muchedumbre que, gracias a la bondad misericordiosa de Dios, experimenta la realidad de la vida que no acaba, la victoria completa sobre la muerte a través de la resurrección.
Como Uds. ya saben, fue en 2006 que Benedicto XVI ordenó la retraducción de esta fórmula para que fuera introducida por las conferencias episcopales paulatinamente en las futuras ediciones de las traducciones autorizadas de la Tercera Edición Típica del Misal Romano.
Y como también Uds. saben, hay conferencias episcopales que han maniobrado para no hacer el cambio porque, afectados por la hiperecumanía, prefieren la anterior y es la que continúan utilizando. No decimos casos concretos, pero pensamos en ciertos obispos simoniacos por allá a las orillas de un rio cuyo nombre en español es de tres letras.
Lo que si nos extraña es la poca diligencia de los bergoglianos para echar las campanas al vuelo y hacer notar y resaltar este tremendo, descomunal, colosal, gesto de Francisco que denota continuidad entre estos dos pontificados y no como dicen los, para ellos, enemigos de Francisco, que ven rupturas en cada movimiento del Pontífice argentino. A estas alturas ya era que sus medios de comunicación estuvieran colmados de laudatorios comentarios, cosa que no ha sucedido.