Esta es nuestra traducción de una entrevista aparecida en Il Giornale, Sep-29-2017, pág. 15, con el Prof. Joseph Shaw, portavoz de la “corrección filial” (Correctio Filialis) publicada el pasado Domingo. El tema de la entrevista se basa obviamente sobre la “corrección filial”.
¿Cómo nace la idea de este documento?
«Se trata de un texto elaborado por un grupo de teólogos, académicos y pastores nacido porque preocupados de la presunta aprobación del Papa Francisco sobre sus posiciones aperturísticas de Amoris Laetitia que son claramente contrarias a la enseñanza de la Iglesia».
¿Quién puede adherir, cuántas son las firmas y de dónde provienen?
«Al principio, cuando el documento fue presentado al Papa, fueron 40 los firmantes, teólogos y sacerdotes. Después el texto fue publicado y cada día llegan nuevas firmas autoritativas. Al momento estamos en 146. Pero el número está aumentando constantemente. Las adhesiones provienen de 20 países diferentes, con una fuerte presencia de anglosajones y de Italia».
¿Y un único fiel puede unirse?
«Para las personas que quieren apoyar el documento fue lanzada una petición en change.org: Apoyo de los laicos católicos a la corrección filial al Papa Francisco. Dirigida al Vicario de Cristo. Ya son más de 10.600 firmas ya registradas, pero el número crece de hora en hora».
¿Qué piensa usted del hecho que el Vaticano haya bloqueado el acceso a su sitio?
«Significa sobre todo que la iniciativa fue tomada en serio. Es una pena que se trate de impedir que las personas que viven y trabajan en el Vaticano participen en la discusión en curso, pero quien quiera firmar puede encontrar el modo de hacerlo».
¿Han contactado al Papa?
«Entregamos la carta a Bergoglio el 11 de agosto, pero no hubo respuesta».
¿Y qué piden?
«Queremos que el Papa rechace públicamente las posiciones contenidas en Amoris Laetitia. Las propuestas se refieren a puntos clave de la doctrina y son incompatibles con la fe católica. El documento es una contribución a la discusión en curso sobre el problema de la comunión a los divorciados vueltos a casar. Se trata de cuestiones muy prácticas y los obispos y sacerdotes deben saber cuáles decisiones tomar. Sin indicaciones precisas se enfrentan a interpretaciones diferentes y confusas».
¿Por qué ningún cardenal firmó el documento?
«Elegimos no involucrar a los cardenales. Queremos que sea una iniciativa independiente y sin personas cercanas al Papa».
¿Qué responde a los que los acusan de contravenir el Canon 749, que prevé la infalibilidad del Papa?
«Digo que en este caso no estamos hablando de la infalibilidad del Papa. Y agrego que el tercer párrafo del mismo canon dice: ninguna doctrina se entiende infaliblemente definida si no consta manifiestamente».