La siguiente es una información de agencia EFE, basada en una entrevista aparecida hoy en Corriere Della Sera.
Ciudad del Vaticano, 24 sep (EFE).- El que fuera designado por el papa Francisco como revisor general de las cuentas la Santa Sede, Libero Milone, ha afirmado que no dimitió voluntariamente sino bajo "amenaza" de ser arrestado por delitos que, asegura, no cometió.
"No dimití voluntariamente. Fui amenazado con el arresto. El jefe de la Gendarmería me intimidó para obligarme a firmar una carta (de dimisión) que tenían ya preparada", asegura Milone en una entrevista publicada hoy por Il Corriere della Sera y otros medios.
El auditor, de 69 años y con una amplia experiencia en el ámbito financiero internacional, fue nombrado por Francisco en mayo de 2015 como el primer revisor de las cuentas de la Santa Sede con el objetivo de supervisarlas y conferir mayor transparencia.
Sin embargo el pasado 19 de junio el Vaticano anunció su dimisión sin precisar las razones y subrayando que su salida, aceptada por el pontífice argentino, se producía "de común acuerdo".
Milone, que continuará respetando "el compromiso de discreción sobre la labor desarrollada", asegura que no puede guardar silencio sobre el modo en que, según él, fue tratado.
Explica que aquel 19 de junio fue recibido por el sustituto en la secretaría de Estado vaticano, Giovanni Angelo Becciu, quien le refirió que "la relación de confianza con el papa se había mermado" y que este reclamaba su dimisión por razones que no le expuso.
Posteriormente acudió ante la Gendarmería vaticana donde, dice, "notó inmediatamente un comportamiento agresivo" y que su comandante, Giandomenico Giani, llegó incluso a gritar para instarle a "confesar" unos supuestos delitos que, asegura, desconocía.
Los gendarmes vaticanos acudieron después a la oficina del auditor para requisar sus documentos y llamaron a los bomberos para forzar escritorios y armarios para poder llevarse todo, recuerda.
Preguntado por la razón de este comportamiento, Milone dice que fue acusado de desvío de capitales y de "haber buscado impropiamente informaciones sobre exponentes vaticanos, hechos por los que estaba siendo investigado desde hacía siete meses, según descubrió.
Sobre el primer delito señaló que los gendarmes le mostraron dos facturas a favor de un mismo proveedor, con el sello de su oficina pero solo una con su firma, mientras que la otra tenía un garabato: "me pregunto quién la firmó y pagó y a quién", cuestiona.
Milone defendió su inocencia y aseguró que fue "víctima de un montaje" del que ha informado al papa Francisco, aunque no ha obtenido respuesta alguna por su parte.
El gestor, "muy disgustado", considera al pontífice argentino "una gran persona que comenzó con las mejores intenciones" pero al mismo tiempo expresó su sospecha de que "ha sido bloqueado por el viejo poder que aún reside ahí", en el Vaticano.
"Temo que haya sido bloqueado por el viejo poder que reside ahí y que se ha sentido amenazado al comprender que podía informar al papa y al (secretario de Estado, Pietro) Parolin sobre todo lo que había visto en las cuentas", refiere.
Milone concluye la entrevista asegurando que "nunca" desvelará su trabajo como revisor de la Santa Sede y subrayando que, siguiendo las instrucciones del papa, solo trató de "promover la transparencia para respetar la voluntad de los fieles y los donantes".
Como las afirmaciones son tan serias, no es de extrañar que el Vaticano haya salido a responder mediante un comunicado de prensa. Este es un despacho de agencia AP.
CIUDAD DEL VATICANO (AP) — El Vaticano fustigó el domingo a un auditor general depuesto que alega haber sido expulsado bajo amenaza de arresto por lo que él dice que fueron cargos falsos.
En una declaración, el Vaticano admitió que Libero Milone renunció en junio después de que los investigadores del Vaticano determinaron que su oficina había "contratado ilegalmente a una empresa externa para llevar a cabo investigaciones sobre la vida privada del personal de la Santa Sede".
Milone dijo el sábado a los periodistas que el 19 de junio le informaron que el papa Francisco había perdido la confianza en él. Agregó que posteriormente fue sometido a un interrogatorio "agresivo" por parte de la policía vaticana, que le decomisó material de su oficina y le dijo que renunciara o que enfrentaría un arresto.
"Ellos querían que confesara algo, no sé qué, porque actué dentro de los límites de los estatutos", dijo Milone a Sky TG24 y otros medios de comunicación.
El Vaticano alegó que Milone había rebasado su mandato, que ofreció libremente su renuncia y que fue tratado con pleno respeto por los investigadores. Dijo que estaba "sorprendido y entristecido" de que Milone violara los términos de su partida, según los cuales se le exigió mantener en secreto las razones detrás de ello.
La renuncia de Milone causó sorpresa porque apenas llevaba dos años de un mandato de cinco y porque era visto como una parte clave de los intentos de Francisco para reformar las finanzas del Vaticano. Junto con el cardenal George Pell, Milone fue encargado de supervisar los presupuestos de la Santa Sede y de auditar las finanzas de los diversos departamentos del Vaticano.
Pell regresó recientemente a su Australia natal para enfrentarse a un juicio por señalamientos de abuso sexual, que él ha negado. Su secretariado para economía, que incluye la oficina de Milone, está siendo administrado por subordinados por ahora.