En nuestro capítulo anterior de esta novela, informabamos que Francisco había ordenado que si en los hospitales de la Congregación de los Hermanos de la Caridad en Bélgica seguían ofreciendo eutanasias, “se enfrentarán a sanciones bajo la ley canónica”.
Nuestro pronóstico: No va a suceder. En los actuales tiempos, a los únicos a los que se les aplica sanciones, censuras, señalamientos, violencia moral, etc, etc, etc; es a los que muestren algún viso de no ser progresistas y liberales, cosa que estos religiosos belgas no son.
En una declaración —no firmada por nadie— publicada hoy bajo el nombre “Declaración de la visión sobre la eutanasia para el sufrimiento mental en una situación no terminal” (neerlandés, francés, inglés), los religiosos afirman sin contemplaciones:
En nuestras instalaciones, respetamos la libertad de los médicos de realizar o no la eutanasia, y la libertad de otros cuidadores de ayudar o no. Esta libertad está garantizada por la ley. Si se tiene en cuenta la realización de la eutanasia en la instalación, hay otro punto adicional de preocupación en un contexto residencial. En ese caso, todos los esfuerzos deben hacerse para prevenir tanto impacto traumático sobre los compañeros pacientes como sea posible.
¿De verdad vamos a creer que algo les va a pasar a estos religiosos belgas?