Ha merecido hoy primera página en La Stampa la lacrimógena historia (versión en español en Vatican Insider) escrita por Andrea Tornielli de un “elocuente e irónico aviso” que apareció “desde hace algunos días” en la puerta de la habitación que ocupa Francisco en la Casa Santa Marta y que dice: “Prohibido quejarse”.
Escribe Tornielli que el aviso dice más:
«los transgresores son sujetos a un síndrome de victimismo con la consecuente disminución del tono del humor y de la capacidad para resolver problemas». Y «la sanción es doble si la violación es cometida ante la presencia de niños». El texto del aviso termina de esta manera: «Para volverse el mejor de uno mismo hay que concentrarse en las propias potencialidades y no en los propios límites, por lo tanto: deja de quejarte y actúa para hacer mejor tu vida».
Más adelante relata que fue un anciano sacerdote el que le pidió permiso a Francisco para tomarle una foto y fue el que la dio a conocer. Y también de quién fue el que se inventó el cartel, “el psicólogo y psicoterapeuta Salvo Noé...quien le regaló su libro, una pulsera y el aviso, mismo que Francisco apreció inmediatamente y saludó con esta frase: «Lo voy a poner en la puerta de mi oficina, en donde recibo a las personas»”.
Ese es el mismo Francisco que una vez dijo a los niños:
No tengan miedo de preguntar, incluso de retar al Señor. “¿Por qué?” A lo mejor no recibirán ninguna explicación, pero Su mirada Paternal te dará la fuerza para seguir adelante... No tengan miedo de preguntarle a Dios: “¿Por qué?”, de retarle: “¿Por qué?”.
En Ene-24-2017, sobre su homilía pronunciada durante la Misa en la Casa Santa Marta, L'Osservatore Romano reportó lo que al final de la misma dijo Franciso:
Alguno podría también tener una duda: «¿Se puede discutir con el Señor?». «Sí —respondió Francisco— a Él le gusta. A Él le gusta discutir con nosotros». Por eso, contó, cuando «alguno me dice: “Pero, padre, yo muchas veces cuando voy a rezar me enfado con el Señor...”», la respuesta es: «¡También esto es oración! ¡A Él le gusta, cuando tú te enfadas y le dices a la cara lo que sientes, porque es Padre! Pero esto es también un “heme aquí”».
A Dios le gusta lo que su representante en la Tierra llega al punto de prohibir. Así que ya saben: A quejarse con Dios, porque con Francisco está prohibido.