Friday, July 14, 2017

Revolución de la ternura: A quejarse con Dios, porque con Francisco está prohibido


Ha merecido hoy primera página en La Stampa la lacrimógena historia (versión en español en Vatican Insider) escrita por Andrea Tornielli de un “elocuente e irónico aviso” que apareció “desde hace algunos días” en la puerta de la habitación que ocupa Francisco en la Casa Santa Marta y que dice: “Prohibido quejarse”.

Escribe Tornielli que el aviso dice más:

«los transgresores son sujetos a un síndrome de victimismo con la consecuente disminución del tono del humor y de la capacidad para resolver problemas». Y «la sanción es doble si la violación es cometida ante la presencia de niños». El texto del aviso termina de esta manera: «Para volverse el mejor de uno mismo hay que concentrarse en las propias potencialidades y no en los propios límites, por lo tanto: deja de quejarte y actúa para hacer mejor tu vida».

Más adelante relata que fue un anciano sacerdote el que le pidió permiso a Francisco para tomarle una foto y fue el que la dio a conocer. Y también de quién fue el que se inventó el cartel, “el psicólogo y psicoterapeuta Salvo Noé...quien le regaló su libro, una pulsera y el aviso, mismo que Francisco apreció inmediatamente y saludó con esta frase: «Lo voy a poner en la puerta de mi oficina, en donde recibo a las personas»”.



Ese es el mismo Francisco que una vez dijo a los niños:

No tengan miedo de preguntar, incluso de retar al Señor. “¿Por qué?” A lo mejor no recibirán ninguna explicación, pero Su mirada Paternal te dará la fuerza para seguir adelante... No tengan miedo de preguntarle a Dios: “¿Por qué?”, de retarle: “¿Por qué?”.

En Ene-24-2017, sobre su homilía pronunciada durante la Misa en la Casa Santa Marta, L'Osservatore Romano reportó lo que al final de la misma dijo Franciso:

Alguno podría también tener una duda: «¿Se puede discutir con el Señor?». «Sí —respondió Francisco— a Él le gusta. A Él le gusta discutir con nosotros». Por eso, contó, cuando «alguno me dice: “Pero, padre, yo muchas veces cuando voy a rezar me enfado con el Señor...”», la respuesta es: «¡También esto es oración! ¡A Él le gusta, cuando tú te enfadas y le dices a la cara lo que sientes, porque es Padre! Pero esto es también un “heme aquí”».

A Dios le gusta lo que su representante en la Tierra llega al punto de prohibir. Así que ya saben: A quejarse con Dios, porque con Francisco está prohibido.