Friday, January 06, 2017

‘Iconos de misericordia’


Después del rezo del Angelus durante la Solemnidad de la Epifanía, Francisco ha hecho un obsequio a los presentes. Dijo así el Pontífice, según lo reporta Radio Vaticano en Español.

Los Magos ofrecen a Jesús sus dones, pero en realidad el verdadero regalo es el mismo Jesús, el verdadero don de Dios: Él en efecto es el Dios que se dona a nosotros, en Él vemos el rostro misericordioso del Padre que nos espera, nos acoge, nos perdona siempre. El rosto de Dios que no nos trata nunca según nuestras obras o según nuestros pecados, sino únicamente según la inmensidad de su infinita misericordia.

Y hablando de dones también yo he pensado en ofrecerles un pequeño regalo… aunque faltan los camellos… le daré el regalo.

El librito ‘Iconos de misericordia’. El don de Dios es Jesús, misericordia del Padre y por ello, para recordar este don de Dios les brindo este presente, que será distribuido por los pobres, los sin techo, los refugiados y muchos voluntarios que saludo cordialmente y agradezco de todo corazón.

Les deseo un año de justicia, de perdón, de serenidad, pero sobre todo un año de misericordia. Los ayudará leer este libro. Es de bolsillo y pueden llevarlo con ustedes. Por favor no se olviden de hacerme el regalo de vuestra oración

Quienes ayudaron a distribuir el librito eran unas 300 personas indigentes y refugiadas, a los que se les agradeció brindándoles un sándwich y una bebida (todas las fotos son provistas por Associated Press).






Los Magos tampoco eran de los ‘rígidos’, y una vez más para el “anillo del pescador”

Ha reaparecido hoy una vez más el “anillo del pescador”. Lo ha hecho durante la celebración de la Santa Misa en la Basílica de San Pedro en el Vaticano con ocasión de la Solemnidad de la Epifanía (imágenes de Associated Press, click para ampliar).




Regresando al lenguaje un tanto combativo que en meses recientes se ha acrecentado en el Pontífice, Francisco hoy, durante la homilía, ha resaltado que los Magos de Oriente tampoco pertenecían al gremio de los ‘rígidos’ que él tanto aborrece. Dijo el Papa entre otras:

Herodes no puede adorar porque no quiso y no pudo cambiar su mirada. No quiso dejar de rendirse culto a sí mismo creyendo que todo comenzaba y terminaba con él. No pudo adorar porque buscaba que lo adorasen. Los sacerdotes tampoco pudieron adorar porque sabían mucho, conocían las profecías, pero no estaban dispuestos ni a caminar ni a cambiar.

Los magos sintieron nostalgia, no querían más de lo mismo. Estaban acostumbrados, habituados y cansados de los Herodes de su tiempo. Pero allí, en Belén, había promesa de novedad, había promesa de gratuidad. Allí estaba sucediendo algo nuevo. Los magos pudieron adorar porque se animaron a caminar y postrándose ante el pequeño, postrándose ante el pobre, postrándose ante el indefenso, postrándose ante el extraño y desconocido Niño de Belén, allí descubrieron la Gloria de Dios.