“Ansia de los napolitanos por el mal presagio”, señalaba en su subtítulo Corriere del Mezzogiorno, “decepcionado de San Genaro el pueblo”, decía Il Mattino. Son sólo dos de las reacciones que consignaban el Sábado dos periódicos locales en relación a la no licuefacción de la sangre del mártir napolitano San Genaro el día anterior, una de las tres que tradicionalmente ocurren en el curso de cada año, hecho tomado por los napolitanos como indicativo de desgracia.
La licuefacción del 16 de Diciembre es la menos conocida, y se remonta al 16 de Diciembre de 1631, cuando una erupción del volcan Vesubio se dijo fue evitada por el santo.
“Ningún presagio de desgracias, ni epidemias, ni guerras, somos hombres y mujeres de fe y debemos seguir rezando”, se oye en el video decir a Mons. Vincenzo De Gregorio, dirigiéndose a los presentes y adelantandose a su reacción de preocupación. Evidentemente no tomadas en cuenta.