Sunday, December 18, 2016

La guardia bergogliana sigue sus ataques a los ultracatólicos y desobedientes


Ya hemos dicho que extrañamente los grandes medios comunicativos, a diferencia de los que ocurría en anteriores pontificados, es la que hace lo posible y hasta lo imposible por respaldar a Francisco, aunque éste los tenga en mal concepto. Esta alianza sigue su labor, esta vez con ocasión del cumpleaños 80 del Pontífice, cuando hacen balances dando énfasis a las pretendidas resistencias, más bien enfocandose en los resistentes. Tal es el caso de Vatican Insider, otrora medio fiable, el cual entrevista a dos miembros de la guardia bergogliana: Angelo Becciu, sustituto de la Secretaría de Estado; y Víctor Manuel Fernández, rector de la Universidad Católica de Argentina, más conocido por ser una de las plumas fantasmas de Francisco y, en tiempos más recientes, por estar siendo nombrado en no sabemos cuántos organismos vaticanos.

De la entrevista con Mons. Becciu, que hacen en la sección en italiano, traducimos esta respuesta.

Hay quienes continúan discutiendo la interpretación de Amoris Laetitia. ¿Cómo vive todo esto el Papa?

«El Papa es un hombre muy sereno, nunca le falta el buen humor, pero es claro que cada fuente de división es para él un motivo de preocupación y de dolor. No voy a entrar en el fondo de la polémica, pero sólo quiero confirmar los principios que siempre me han enseñado por la sana tradición de la Iglesia: como colaborador humilde del Papa, siento el deber de decirle honestamente mi pensamiento cuando está en fase de elaboración de una decisión. Una vez que ha sido tomada, obedezco totalmente al Santo Padre. La unidad de la Iglesia, por la que Jesús sudó sangre y dio su vida, está primero que mis ideas, por buenas que sean. Los que vivieron en desobediencia arruinaron la Iglesia».

Y de la entrevista con Mons. Víctor Manuel Fernández tomamos estas dos respuestas.

Hay quienes dicen que en el pueblo de Dios, en este tiempo y, sobre todo, después de la publicación de «Amoris laetitia», hay confusión. ¿Qué opina?

Frente a lo absoluto de Dios, frente a la enorme riqueza del Evangelio y frente a la complejidad de la vida humana actual, la tarea y el mensaje de la Iglesia inevitablemente presentan aspectos “confusos”. El Papa propone que justamente dentro de estos límites de la Iglesia misma nunca se descuide el corazón del Evangelio. Al mismo tiempo, que la Iglesia no pretenda ser, antes que nada, un canon que lanza doctrinas seguras sino el instrumento de Cristo para abrir el corazón de su pueblo a la gracia.

¿No le parece que existe el peligro de que las palabras del Papa sean banalizadas y reducidas a consignas?

Las pueden reducir a consignas tanto los amigos del Papa, cuando no tratan de transmitir la auténtica profundidad de su mensaje, como sus adversarios “ultra-católicos”, cuando lo citan parcialmente, cuando usan algunas de sus frases fuera de contexto para ridiculizarlo, cuando se ocupan solo del capítulo VIII de «Amoris laetitia» y poco de lo demás, etc.