Una verdadera novedad, un descubrimiento, hecho desconocido para nosotros. Nos gustaría bastante que Mons. Nunzio Galantino, Secretario General de la Conferencia Episcopal Italiana, nos prestara aquella Biblia que consultó para confeccionar la homilía pronunciada durante una Misa celebrada el pasado Domingo en la iglesia de San Bernardo de Siena en Cracovia, Polonia, como antesala a la Jornada Mundial de la Juventud que se desarrolla actualmente. El motivo es que, según esa Biblia, Sodoma se salvó. Tal como lo leen.
La reseña la hace el periódico de los obispos italianos, Avvenire, Jul-24-2015, página 15, el cual entrecomilla amplios pasajes de su homilía. El pasaje que traducimos, y en el cual está la reveladora afirmación de que Sodoma se salvó cuando Dios extinguió la Pentápolis, al menos eso dice en las Biblias que conocemos, es el siguiente (imágen izquierda).
Una ciudad sobre la cual ninguno apostaba nada, excepto Abraham. Su oración de intercesión y su deseo de atreverse salvan a Sodoma. La ciudad es salvada porque están los justos, aunque pocos; pero la ciudad es salvada sobre todo porque está Abraham hombre de oración, que no hace de acusador implacable, no habla en contra sino habla a favor. Abraham, hombre de oración, no denuncia los crímenes, sino anuncia la posibilidad de algo nuevo. Abraham, hombre de oración, anuncia e invita a mirar las posibilidades positivas. Abraham, hombre de oración, es un incansable buscador de señales de esperanza para presentarlas al Señor para que las valorice.