Thursday, June 30, 2016

Sacerdote se fuga con mujer casada y con hijos

Información de Il Caffe.tv, Jun-30-2016. Traducción de Secretum Meum Mihi.

La comunidad de [la parroquia] Santos Cosme y Damian, en la provincia de Latina, está conmocionada por la fuga de amor entre un sacerdote extranjero y una mujer, madre de familia. Según lo que emerge de la historia contada por Latina Oggi, después de haberse conocido por primera vez la mujer habría comenzado a frecuentar siempre más seguido la iglesia. La simpatía con el sacerdote después se habría convertido en una cosa más, tanto que el esposo de la mujer se habría dado cuenta de la relación y la parroquia habría debido decidir qué medidas tomar en relación con el sacerdote. Después de la explosión del caso, de los dos no hay más noticia. Según algunas indiscreciones reportadas en el periódico, alguien habría dicho que habían decidido irse al exterior juntos.



Cuatro clérigos franceses destituidos por escándalo de abusos sexuales

Información de agencia AFP, Jun-30-2016.

Cuatro clérigos sospechosos de cometer abusos sexuales en Francia han sido destituidos por el cardenal de Lyon (centro-este), Philippe Barbarin, que siguió el consejo de un grupo de expertos, indicó el jueves la diócesis de esa ciudad.

El cardenal de Lyon, uno los responsables más influyentes del episcopado francés, es objeto de críticas por no haber denunciado los casos de pedofilia en el seno de la Iglesia.

"Los hechos están en manos de la justicia en todos los casos" precisa el comunicado de la diócesis, cuyo escándalo ha sacudido a la Iglesia católica francesa.

Los hechos se remontan a 25 años atrás. Uno de ellos en particular es el de un cura que fue acusado de abusar de boy scouts en la región de Lyon, y que el cardenal Barbarin trasladó de parroquia.

El cura siguió ejerciendo en ese lugar, en contacto con niños, hasta agosto de 2015. Barbarin asegura que nunca cubrió "el más mínimo acto de pedofilia".

Roma juzga que la FSSPX/SSPX no ha cerrado la puerta a las discusiones actuales


A raíz del comunicado de prensa emitido ayer por la FSSPX/SSPX, en el cual señala que “no busca ante todo un reconocimiento canónico”, algunos medios de comunicación contrarios a la regularización de su situación echaron campanas al vuelo titulando que los lefebvrianos habían tirado la puerta en la cara a Roma, o expresiones similares. Pues bien, no hay tal, porque consultando con la parte directamente interesada, i.e., la Pontificia Comisión «Ecclesia Dei», en lo absoluto lo consideran como estos medios de (des)información han afirmado. La reacción la ha obtenido la agencia francoparlante con sede en Roma, I.Media, la cual ha consultado con el secretario de dicha comisión, Mons. Guido Pozzo, quien no se muestra tan siquiera preocupado.

No podemos traer la nota de esta agencia porque no estamos inscritos, pero de la información que presenta el sitio de información en francés de los obispos belgas, Cathobel, Jun-30-2016, podemos saber lo que dijo Mons. Pozzo.

En efecto, interpelado por I.MEDIA el 30 de junio de 2016, Monseñor Guido Pozzo, secretario de la Pontificia Comisión «Ecclesia Dei» juzga que Monseñor Bernard Fellay simplemente adopta una actitud de “esperar y ver” [lit. “atentista”].

En Roma, monseñor Guido Pozzo señala que los reproches de Ecône son “ya conocidos” y parece no estar demasiado inquieto por el futuro de las conversaciones con los representantes de la FSSPX. «Algunas de estas declaraciones son previsibles, en el sentido de que siempre han dicho esto, y otras son atentistas [sic] en el sentido de que no entran en el detalle de las cuestiones que son actualmente el objeto de las discusiones y de las cuales todavía debemos hablar».


Actualización Jun-30-2016 (15:24 UTC): De la información que trae La Croix, también basada en el reporte de I.Media, se puede agregar:

El comunicado de la fraternidad tradicionalista, todavía juzga con prudencia Monseñor Pozzo, «no es un acto negativo, pero no anuncia una solución inminente para los problemas en curso». En todo caso, añade, no es «absolutamente una puerta cerrada».

Concerniente a los «errores» alentados por el Papa, Monseñor Pozzo asegura que sin duda se refieren a la exhortación apostólica Amoris Lætitia sobre la familia y, en particular, «al punto sobre los divorciados y vueltos a casar, cuya interpretación es bastante controversial». Las discusiones entre Roma y Ecône deben reanudarse después del verano.


Entradas Relacionadas: Comisión «Ecclesia Dei» no considera que haya un retroceso en el diálogo con la FSSPX/SSPX.

“La gota china”, el método por el cual Francisco se deshace de las cabezas curiales


Al vaticanista Francesco Peloso se le lee habitualmente en un medio tipicamente bergogliano, Vatican Insider, es decir, un medio en el cual la información se presenta favorable a la imágen de Francisco. Destacamos este aspecto porque el artículo que presentaremos, firmado por el periodista aludido, no encaja dentro de esa lógica; tal vez es por ello que fue publicado en un medio diferente al aludido. Y no sabemos si a partir de ahora los servicios del Sr. Peloso ya no vayan a ser más requeridos por el bergogliano medio de comunicación. Dicho más directamente: Si a Peloso lo veten porque no encaja en la línea editorial.

Artículo de Francesco Peloso en Linkiesta, Jun-29-2016.

Miedo y delirio en el Vaticano: Así Francisco está desechando a los cardenales

Bergoglio, con una estrategia sutilmente pérfida, está vaciando desde dentro el poder de los “ministros” vaticanos. Y confía las decisiones a organismos y personas diferentes que disfrutan de las fusiones, cortes y nuevos nombramientos

por Francesco Peloso

Hubo un tiempo no lejano en el cual un jefe de dicasterio vaticano era realmente una potencia: cuando hablaba las agencias de prensa corrían a recoger las palabras, astutamente centelleantes, para después relanzarlas rápidamente en el orbe mediático. No raramente tal cardenal o cual obispo, representaban en los medios de comunicación italianos y a veces internacionales, la voz del Vaticano, si hablaba de uniones civiles o células madre, de relaciones ecuménicas, hospitales, códigos éticos, migrantes o secretos de Fátima. A veces era un poco como si se hubiera expresado el Papa, a veces era “la Iglesia” que tronaba.

Dividido por materia, los Consejos Pontificios —ministerios de rango inferior— y las congregaciones —los ministerios clave— dictaban la línea del Vaticano sobre cuestiones dispares. Pero ese tiempo ha terminado, también porque el mismo Francisco ha explicado que el Pontífice no debe forzosamente la suya sobre todos los temas y problemas; basta regresar a las lapidarias palabras pronunciadas en blanco y negro por el Papa, pocos meses después de su elección, en la Exhortación Evangeli gaudium: “Tampoco creo que deba esperarse del magisterio papal una palabra definitiva o completa sobre todas las cuestiones que afectan a la Iglesia y al mundo. No es conveniente que el Papa reemplace a los episcopados locales en el discernimiento de todas las problemáticas que se plantean en sus territorios. En este sentido, percibo la necesidad de avanzar en una saludable «descentralización»”. Desde que la “descentralización saludable” —entendida como una mayor autonomía de los obispos y de las iglesias locales sobre una variedad cada vez más amplia de temas— ha comenzado en serio, en los palacios romanos del otro lado del Tíber comenzó una especie de lenta decadencia. El cardenal curial está como perdido, ya no sabe qué hacer, qué pasos dar en la avalancha de entrevistas papales, homilías de Santa Marta, motu proprio siempre de Francisco. Para lo demás de la escena es robada por otros protagonistas, pero vamos en orden.

La estrategia de Francisco ha sido a su modo sutilmente pérfida: sabiendo bien que no puede ponerse en contra de un aparato antiguo y macizo, capaz de digerir cualquier revolución, el Papa ha decidido vaciarlo con la técnica de la gota china, un día a la vez, una pieza tras otra. En este camino naturalmente ha encontrado consenso y disenso, cardenales y monseñores que lo apoyan y otros que no lo ven con buenos ojos, pero esta es la suerte de toda reforma institucional que se respete.

De hecho, sin embargo, las palabras una vez bien pesantes del cardenal Antonio María Vegliò sobre los migrantes (que despertó la grita Lega), las advertencias del Prefecto de la Doctrina de la Fe, el cardenal Gerhard Müller, sobre las parejas homosexuales (capaz de sacudir los debates parlamentarios), o de la Pontificia Academia para la vida sobre el último descubrimiento de laboratorio en materia de células estaminales embrionarias, ya no desatan más la misma atención. A veces, el reflejo condicionado todavía funciona, pero cada vez menos. Hay quien siguió cultivando su propio jardín, como el cardenal Gianfranco Ravasi, el hombre-puente —hasta hace casi un año— entre el mundo de la otra cultura y de la Iglesia. Inventor del “patio de los gentiles”, es decir, de un espacio en el cual la laicicidad y la fe podían conversar buscando puntos de encuentro, su iniciativa parece haberse convertido de repente en un poco obsoleta, antigua, casi nostálgica, mientras que un centenar de juristas, magistrados líderes de organizaciones sociales irrumpe en el Vaticano para debatir con el Papa sobre temas tales como la trata de personas, el tráfico de drogas, el trabajo forzado, la prostitución, el valor rehabilitativo de la pena, y así sucesivamente. Se trata de ámbitos diferentes, por supuesto, y sin embargo, el contraste causa cierta impresión.

Por no hablar del arzobispo Zygmunt Zimowski, jefe del pontificio consejo para los operadores sanitarios, una especie de ministerio de salud. El dicasterio que nació en 1985 gracias al cardenal Fiorenzo Angelini, que murió en 2014, apodado como “su sanidad” y considerado potentísimo en los ambientes sanitarios y farmacéuticos italianos, era parte del círculo íntimo de amigos de Giulio Andreotti. Los numerosos escándalos financieros vinculados a las estructuras hospitalarias católicas, han llevado al Papa y al Secretario de Estado Pietro Parolin dar a luz una comisión especial vaticana que deberá verificar el estado de salud de todas las estructuras sanitarias de la Iglesia en el mundo, comenzando por las italianas. Lo que es cierto es que el dicasterio de Zimowski está destinado a desaparecer y su fin cerrará otra página más en la historia italiana de la postguerra. El que se defiende mejor por ahora parece ser monseñor Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, que de hecho coordina —en parte— las iniciativas y las peregrinaciones del Jubileo extraordinario de la misericordia.

Se procede, mientras tanto, con varias fusiones que sin embargo deben gestionarse con precisión quirúrgica por el Papa y sus colaboradores, porque reducir la burocracia y los entes dobles significa reducir el personal, y este también es el gran temor que recorre los sacros palacios. De hecho Francisco ha creado una especie de consejo de ministros —el C9— al interior del cual han encontrado puesto los cardenales que, con Bergoglio, deben proyectar la nueva Curia romana. Así un poco a la vez, han surgido, la Secretaría para la economía (presidida por el cardenal George Pell, australiano), el Consejo para la economía (cardenal Reinhard Marx, alemán), el Pontificio consejo para la tutela de la Infancia (cardenal Sean Patrick O'Malley, americano, aquí se afronta el escándalo de la pedofilia), la Secretaría para la comunicación (cuyo papel es el de armonizar y modernizar los diversos medios de comunicación del Vaticano; es dirigida por monseñor Darío Edoardo Viganò).

Ahora, apenas ha nacido otro nuevo dicasterio «para los laicos, la familia y la vida», que cancela dos pontificios consejos (vida y la familia, dirigidos respectivamente por el cardenal Stanislaw Rylko y por monseñor Vincenzo Paglia) y reduce a un órgano secundario la Pontificia academia para la vida guiada todavía por monseñor Ignacio Carrasco de Paula, del Opus Dei. A las puertas, por último, está la creación de otro superministerio, particularmente importante en la visión de Francisco, y se entiende ya desde el nombre: “Caridad, Justicia y Paz” (integrará las actuales competencias de Justicia y Paz, Cor Unum, Operadores sanitarios, Migrantes e itinerantes). Para comprender el sentido de las operaciones téngase en cuenta, por ejemplo, que un organismo como Cor Unum, cuyo trabajo consiste en coordinar las diversas iniciativas eclesiales de caridad en el mundo, por ejemplo, está superado por un peso pesado de la solidaridad católica como “Caritas Internationalis”, hoy en día no casualmente puesto bajo la guía de un bergogliano doc el cardenal arzobispo de Manila, Luis Antonio Tagle, ya dado entre los próximos papables.