El pasado Jun-08-2016 Ayuda a la Iglesia que Sufre lanzó una campaña “para invitar a las Instituciones italianas para que reconozcan oficialmente como genocidio, cuanto sucede en Irak y Siria en contra de las minorías cristianas”, según se lee en el proprio sitio de internet de esa organización para Italia. La campaña se lanzó por medio del periódico Il Foglio, en las redes sociales se utiliza la etiqueta #DefiniamoloGenocidio, y se hizo un video.
En favor de dicha definición se manisfestó el card. Jean-Louis Tauran, presidente del Pontificio Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, como lo reseñamos en su momento, pero también uno de los hombres de confianza de Francisco y uno de sus más inmediatos colaboradores, Mons. Bruno Forte. Así lo reseña una nota al respecto que se puede leer igualmente en el sitio italiano de Ayuda a la Iglesia que Sufre.
Pues al parecer la idea de definir como genocidio el exterminio de los cristianos en Irak y Siria no place al Pontífice y veladamente ha desautorizado las manifestaciones de sus dos colaboradores. Lo ha hecho ayer cuando durante su visita a la residencia universitaria Villa Nazaret de Roma ha sido indagado por un estudiante al respecto y ha respondido: “No me gusta cuando se habla de un genocidio de cristianos, por ejemplo, en Medio Oriente”. Anotando a renglón seguido que ello es “un reduccionismo”.
La información la tomamos de un sitio bergogliano, Faro di Roma, el cual reseña así hoy:
Francisco: “No me gustan las iglesias con las puertas cerradas ni que se hable de genocidio cristiano”
by redazione
“No me gusta cuando se habla de un genocidio de cristianos, por ejemplo, en Medio Oriente”. El Papa Francisco respondió así a una pregunta acerca de las comunidades cristianas perseguidas en el mundo, que le hizo un estudiante de la residencia universitaria Villa Nazaret de Roma, durante su visita de este sábado a la institución.
“La verdad es que hay una persecución que conduce a los cristianos a la plenitud de su fe”, dijo el Papa, quien recordó a “los 13 cristianos egipcios reconocidos como santos por la Iglesia Copta, que murieron degollados en las playas de Libia. Todos murieron diciendo ‘Jesús, ayúdame’. Estoy seguro de que la mayoría de ellos no sabía leer. Eran ignorantes, pero eran doctores de coherencia cristiana, de fe”.
“No nos engañemos. El martirio cruento no es el único modo de testimoniar a Jesús”, agregó Francisco, recordando que “existe el martirio de todos los días. El martirio de la paciencia en la educación de los hijos, en la fidelidad al amor, cuando es más fácil tomar otro camino”, así como “el martirio de no participar en los chismes, que son terrorismo. Y al menos, el kamikaze tiene la valentía de morir también él, mientras que los chismes son bombas que destruyen a otros y no a ti”.
“Nosotros vivimos en una cultura de puertas cerradas y corazones cerrados. Nos defendemos el uno del otro. Tenemos miedo de acoger”, denunció el Papa, explicando que no se refería “solo a la acogida de los migrantes, un gran problema político mundial, sino también a la acogida cotidiana”.
“Me siento mal cuando veo las iglesias con las puertas cerradas. Habrá motivos justificables, pero una iglesia con las puertas cerradas significa que esa comunidad cristiana tiene el corazón cerrado”, dijo el Papa, recordando que “cuando fuimos bautizados, fuimos acogidos”, e invitó a que cada uno se pregunte: “¿Soy capaz de llevar adelante esta acogida sacramental o prefiero mirar para otro lado?”.
“Existe la gran acogida hacia los refugiados y los migrantes, que huyen de la miseria y de las guerras, y la pequeña acogida”, la acogida cotidiana en el servicio a los demás, que “ciertas veces es una tortura, pero es la cruz de cada día”, puntualizó Francisco.
Este es el video completo de la aludida visita papal (en italiano). La pregunta del estudiante es formulada en el Min. 55:30, y la expresión concreta de Francisco se encuentra en el Min. 57:39.