Sunday, May 29, 2016

Lo que dijo Francisco hoy sobre las iglesias abiertas


El jubileo de los diáconos ha tenido lugar hoy con una Misa en la Plaza de San Pedro en el Vaticano. Hemos notado que los medios de comunicación le están dando énfasis a unas palabras de Francisco pronunciadas durante su homilía que se relacionan con las iglesias cerradas. Para que quede constancia, estas son las palabras exactas (en su contexto).

¿Por dónde se empieza para ser «siervos buenos y fieles» (cf. Mt 25,21)? Como primer paso, estamos invitados a vivir la disponibilidad. El siervo aprende cada día a renunciar a disponer todo para sí y a disponer de sí como quiere. Si se ejercita cada mañana en dar la vida, en pensar que todos sus días no serán suyos, sino que serán para vivirlos como una entrega de sí. En efecto, quien sirve no es un guardián celoso de su propio tiempo, sino más bien renuncia a ser el dueño de la propia jornada. Sabe que el tiempo que vive no le pertenece, sino que es un don recibido de Dios para a su vez ofrecerlo: sólo así dará verdaderamente fruto. El que sirve no es esclavo de la agenda que establece, sino que, dócil de corazón, está disponible a lo no programado: solícito para el hermano y abierto a lo imprevisto, que nunca falta y a menudo es la sorpresa cotidiana de Dios. El siervo está abierto a la sorpresa, a las sorpresas cotidianas de Dios. El siervo sabe abrir las puertas de su tiempo y de sus espacios a los que están cerca y también a los que llaman fuera de horario, a costo de interrumpir algo que le gusta o el descanso que se merece. El siervo rebasa los horarios. A mí me parte el corazón cuando veo un horario en las parroquias: «de tal hora a tal otra». Y después, la puerta está cerrada, no está el sacerdote, no está el diácono, no está el laico que recibe a la gente… Esto hace mal. Ir más allá de los horarios: hay que tener la valentía de rebasar los horarios. Así, queridos diáconos, viviendo en la disponibilidad, vuestro servicio estará exento de cualquier tipo de provecho y será evangélicamente fecundo.

Ya conocen Uds. el tipo respuestas que suelen los párrocos o administradores parroquiales dar cuando se les toca el tema: Si los fieles están en disposición de sufragar la vigilancia..., no se abre porque nadie viene..., y como esas hay muchas respuestas.

¿No hay una profecía que anuncia que llegará un momento en el cual todos los templos estarán llenos de fieles buscando confesarse, casarse, bautizarse o bautizar los niños, comulgar, etc, etc, etc...?