La cafetera escondida en Amoris Lætitia
Quienes gustan del pensamiento lateral vivirían felices cerca del Papa ya que toda su comunicación cotidiana, a diferencia de la oficial, le rinde culto a esa mirada que elige las periferias:
—¿Les parece un buen lugar para poner la cafetera?
Todos los presentes, entre ellos algunos de los empresarios más importantes del país, dimos vuelta la cabeza sin entender de qué estaba hablando. Por culpa del tránsito, varios habían llegado tarde a la reunión y todavía se estaban acomodando en los coquetos sillones de la Curia porteña. Pasados unos minutos de desconcierto, el cardenal repitió su enigmático mantra:
—¿Les parece un buen lugar para dejar la cafetera?
—¿Quiere que la pongamos en otro lado? —preguntó un miembro de su equipo abalanzándose sobre el objeto humeante.
—No, no, sólo pregunto si les parece un buen lugar para dejar la cafetera.
Así estuvimos un rato hasta que por fin y cuando empezábamos a incomodarnos, siguió:
—¿Ven ese cuadro? Bueno, es una de las pocas obras de arte colonial que se conservan en el país. Estaba muy pero muy deteriorado y su restauración fue complicada. Una de las cosas más difíciles que tenemos en la Iglesia es lograr que los sacerdotes preserven las obras que están en los templos, incluso hacemos cursos para que vayan entendiendo el tema, las pintan con cal, les cortan partes o terminan carcomidas por la humedad...
La famosa cafetera que concentraba nuestra atención estaba debajo de la pintura que Bergoglio acababa de señalar (digna de exhibirse e inédita en Argentina), disparando su vapor blanco sobre la maravilla restaurada, No recuerdo el nombre del pintor, más aun, ni siquiera podría asegurar si estaba firmado o se trataba de un anónimo. Eso sí, el comentario es un Bergoglio digno de exhibirse en el Louvre. Nunca conectó ambas cosas o dijo: “Córranla porque van a quemar el cuadro”, simplemente dio un giro didáctico muy efectivo o, si quieren, muy jesuita. Sospecho que después de su cátedra la cafetera nunca volvió a conectarse en ese lugar.
Omar Bello
“El Verdadero Francisco. Intimidad, psicología, grandezas, secretos y dudas del Papa argentino. Por el filósofo que más lo conoce”,
primera edición, capítulo 7.
Buenos Aires.
Ediciones Noticias, 2013
Damas y Caballeros, Señoras y Señores, respetados visitantes habituales o casuales de este blog, especialmente los que están haciendo una lectura buenista de Amoris Lætitia, les presentamos la cafetera escondida que ella contiene:
Sólo hay que esperar que, como ocurrió en el pasaje arriba citado, uno (o varios) colaboradores se abalance(n) sobre ella para obtener el tácito fin pretendido.
Gracias por la atención.