Thursday, December 03, 2015

Comunicado de prensa de la FIUV sobre la pretensión de obispos ingleses para que se reescriba la “Oración por los Judíos” del Viernes Santo

Aunque no lo dicen expresamente pero es evidente, con respecto a la reciente resolución que han tomado los obispos de Inglaterra y Gales para buscar que se reescriba la “Oración por los Judíos” que se utiliza en la liturgia del Viernes Santo según la Forma Extraordinaria del Rito Latino, este es el comunicado que publica la Federación Internacional Una Voce, FIUV, Dic-03-2015.

Declaración del Presidente de la FIUV, Felipe Alanís Suárez

Para evitar malentendidos sobre la Oración por los Judíos, el Papa Benedicto XVI compuso la versión del 2008 de esta oración, la cual está claramente basada en el principio esencial Cristiano: la aceptación de Cristo como el salvador el mundo entero, y el deseo de que todas las personas se salven. Los Judíos son mencionados debido a su papel especial en la historia de la salvación, y por la especial consideración que debemos tener por nuestros «hermanos mayores» (como los llamó el Papa San Juan Pablo II). La oración aspira a la incorporación del pueblo Judío, del cual Nuestro Señor Jesucristo y sus primeros discípulos fueron miembros, en la salvación ganada para la raza humana por Cristo en la Cruz, una reconciliación que, como enseña San Pablo, será consumada solo hacia el final de la historia.

La FIUV está convencida que cualquier posible malentendido prevaleciente en relación a la Oración por los Judíos de la Liturgia del Viernes Santo, puede ser aclarada en el contexto del Magisterio de la Iglesia, sin la necesidad de velar los tesoros de nuestra Fe.

Como fieles adheridos a la Forma Extraordinaria del Rito Romano, reconocemos que rogar a Nuestro Señor la gracia de compartir con todos nuestros hermanos la alegría de la salvación en Jesucristo, es un acto de humildad y amor desinteresado, una obra espiritual de misericordia.

La FIUV rechaza por completo cualquier odio y hostilidad hacia el pueblo Judío, y todas las formas de injusta discriminación.

Observaciones Adicionales

1. Aunque la Oración por los Judíos en la Liturgia del Viernes Santo del Novus Ordo, no se refiere explícitamente al reconocimiento por los Judíos de Jesucristo como Salvador, otras oraciones en la liturgia revisada si lo hacen. Las Vísperas del Domingo de Pascua conforme a la Forma Ordinaria (Novus Ordo) incluye la oración «Que el pueblo de Israel te reconozca como el Mesías de su esperanza»; y en las Laudes del 30 de Diciembre se incluye la oración «Tú, Señor, eres Dios y hombre, Señor de David y también hijo suyo, y en ti se han cumplido todas las profecías; haz que Israel te reconozca como su Mesías.»

2. En sus oraciones diarias, los Judíos rezan por la conversión de todos los «impíos sobre la tierra». El Rabbi Jacob Neusner, respondiendo a las críticas sobre la Oración por los Judíos del año 2008, apuntaba el paralelismo con la Oración por los Judíos, destacando que «La oración Católica manifiesta el mismo espíritu altruista que caracteriza la fe del Judaísmo.» (Die Tagespost,23 de Febrero 2008)[1]

3. El Cardenal Walter Kasper defendió la oración de 2008, explicando que una esperanza en que los Judíos acepten a Cristo, que puede ser cumplida solo por Dios más que por proselitismo, y escatológicamente (al final de la historia), no es más que una consecuencia necesaria de la fe Cristiana.

Un diálogo sincero entre judíos y cristianos es posible solamente si por un lado se basa en la comunión de fe en el único Dios, Creador del cielo y de la tierra, y en las promesas hechas a Abraham y a los Padres, y por otro lado, en la conciencia y en el respeto de la diferencia fundamental existente, la cual consiste en la fe en Jesús como Cristo y Redentor de todos los hombres. (L'Osservatore Romano 10 de Abril 2008)[2]

Antecedentes

1. La oración utilizada hoy en la Forma Extraordinaria fue compuesta por el Papa Benedicto XVI en 2008, en respuesta a las preocupaciones sobre la redacción de la oración usada previamente, y se expresa de la siguiente manera:

Oremos también por los Judíos: para que nuestro Dios y Señor ilumine sus corazones, y reconozcan que Jesucristo es el Salvador de todos los hombres.

2. Es recitada, en latín, una vez al año en el pequeño número de Iglesias al rededor del mundo donde la Liturgia del Viernes Santo es celebrada en la Forma Extraordinaria.

Esta forma parte de una serie de oraciones por diferentes categorías de personas, tanto de adentro como de fuera de la Iglesia, en esto último incluyendo tanto a herejes como paganos. En cada caso el celebrante ora por las gracias de Dios para ellos. Este patrón es seguido en el Misal reformado de 1970 («Novus Ordo»), aunque la redacción de las oraciones es diferente.[3]

3. La oración está basada en la Escritura, notablemente San Pablo. La imagen de la «luz» penetrando los corazones de los Judíos es extraída de 2 Cor 4:3-6; San Pablo habla de la eventual conversión de los Judíos en Romanos 11:25-26. Romanos 11:29 sobre la Alianza con los Judíos dice que Dios «nunca revoca Sus promesas», lo cual es citado en la Declaración Nostra ætate del Concilio Vaticano II y por el Papa San Juan Pablo II, como la base de un especial afecto y respeto que los cristianos habrán de tener al pueblo Judío.[4]


[1] El texto completo de este artículo se puede leer en español aquí:
http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/193041?sp=y

[2] El texto completo se puede leer en español: http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/197381?sp=y

[3] Las diferentes versiones de la oración de Viernes Santo por los Judíos, se pueden encontrar en Wikipedia en inglés: https://en.wikipedia.org/wiki/Good_Friday_prayer_for_the_Jews

[4] Romanos 11:29: ‘Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.’ Citado en Nostra aetate 4, y por San Juan Pablo II en su Alocución a la Comunidad Judía de Berlín el 17 de Noviembre de 1980.

Obispo de Lincoln, Nebraska: “Este Adviento,...una vez más, celebraré la Santa Misa ad orientem

Mons. James Conley, Obispo de Lincoln, Nebraska, en su columna semanal de Nov-25-2015, ha anunciado que por segundo año consecutivo durante el Adviento celebrará la Santa Misa Ad Orientem. Esta es la traducción de Secretum Meum Mihi de su columna.

Conversi ad Dominum!

En los primeros siglos de la Iglesia, los obispos y sacerdotes que predicaban observaban una hermosa costumbre. Al final de cada homilía o sermón, ellos proclamarían a los fieles “Conversi ad Dominum!”, volveos al Señor.

En 2008, el Papa Benedicto XVI explicó esta costumbre en la Iglesia primitiva diciendo, “en definitiva, se trataba de este hecho interior: de la conversio, de dirigir nuestra alma hacia Jesucristo y, de ese modo, hacia el Dios vivo”.

El Papa Benedicto XVI escribe que “Conversi ad Dominum!” nos recuerda, “siempre debemos apartarnos de los falsos caminos, en los que nos desviamos tan a menudo en nuestros pensamientos y acciones. Debemos volver siempre de nuevo hacia él que es el Camino, la Verdad y la Vida. Debemos convertirnos siempre de nuevo, volviendo con toda nuestra vida hacia el Señor”.

Cada uno de nosotros, nos recuerda el Papa Benedicto XVI, está necesitado de conversión constante. Estamos llamados a seguir a Jesús con todo nuestro corazón, mente, alma y fuerza. Y, sin embargo, en los retos del día a día de la vida familiar, o de sacerdocio, o de consagración religiosa, podemos llegar a distraernos. Podemos desviarnos del Evangelio. Podemos empezar a caminar por senderos falsos o simplemente caer en la complacencia del el statu quo de nuestras vidas.

Conversi ad Dominum! Cada uno de nosotros necesita un recordatorio para examinar nuestros corazones. Cada uno de nosotros necesita ser llamado de nuevo a la conversión. Cada uno de nosotros necesita comenzar de nuevo.

La Iglesia nos da el tiempo de Adviento para llamarnos de nuevo a la conversión. El Adviento es un tiempo de preparación para la venida del Señor en la Navidad. Sin duda, Cristo ya está encarnado en este mundo, ya ha llegado en la historia, y ya está presente en la Iglesia y en la Eucaristía. Adviento, entonces, es un tiempo para preparar nuestros corazones para recibir la presencia de Dios de nuevo, más intensamente cada vez, más profundamente cada vez, como si fuera la primera vez.

Adviento es un tiempo de conversión. Un tiempo para examinar nuestros corazones y mentes. Un tiempo para confesar nuestros pecados. Un tiempo de expulsar viejos hábitos, y tomar nuevas disciplinas. El Adviento es un tiempo para sumergirnos completamente en la palabra de Dios y en los santos sacramentos de la Iglesia, con el fin de conocer y seguir a Jesús, nuestro Rey. La Iglesia nos da el tiempo de Adviento para preparar nuestros corazones, nuestras familias y nuestro mundo para dar la bienvenida a Jesús de nuevo.

El Adviento es un tiempo para volvernos hacia el Señor.

En sus familias, espero que se van a volver a Cristo este Adviento abriendo las Escrituras juntos, leyendo el relato de San Mateo de la venida de Cristo, y el relato profético de Isaías del amor de Dios. Espero que van a pasar tiempo ante el Santísimo Sacramento juntos, y que cada uno de nosotros podamos examinar nuestros corazones, y volvernos hacia el Señor en el sacramento de la penitencia, particularmente al comenzar este año jubilar especial de la Misericordia el 8 de Diciembre.

Nos volvemos hacia el Señor porque él viene, siempre nuevo, en nuestras vidas, llamándonos más profundamente en el misterio del discipulado Cristiano. El Señor viene para llamar a cada uno de nosotros para que nos convirtamos en santos.

La Iglesia, en su sagrado culto, nos ayuda a que nos volvamos más frecuentemente al Señor. Este Adviento, en la Catedral de Cristo resucitado en Lincoln, una vez más, celebraré la Santa Misa ad orientem, mirando hacia este litúrgico, mirando hacia Cristo, en la cruz y, muy especialmente, volviendo hacia el Señor en la Santa Eucaristía. En las parroquias de la Diócesis de Lincoln, de acuerdo a la discreción del pastor, otros sacerdotes también celebrarán Misa ad orientem este Adviento, volviéndose hacia el este litúrgico, anticipando la venida del Señor en Navidad.

La celebración ad orientem de la Eucaristía no va a suceder en todas partes en la Diócesis de Lincoln, o todo el tiempo. Pero en algunos lugares sí. Ello sirve como un recordatorio para cada uno de nosotros, de que toda nuestra Iglesia debe “volverse hacia el Señor”, de pie juntos, mirando a Cristo, que transformará nuestras vidas.

Que el Adviento sea un tiempo de conversión bendita para cada uno de ustedes y para sus familias, un tiempo de volver una vez más hacia el Señor. Que Cristo renueve sus corazones y sus mentes. Que descubran a Cristo de nuevo, en la Sagrada Escritura, y en la vida sacramental de la Iglesia. Que cada uno de nosotros se vuelva al Señor.

Conversi ad Dominum!

Francisco: “Rezo sentado, me hace mal estar de rodillas”

Información de agencia ANSA, Dic-03-2015.

(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 3 DIC - "Rezo sentado porque me hace mal estar de rodillas. A veces, rezando, hasta me adormezco, pero no importa: soy como un hijo cerca de su padre y esto es lo que cuenta", confió el Papa Francisco en el prefacio escrito para una Biblia dirigida a los jóvenes.

El prefacio es publicado por Civiltà cattolica.

"Quiero confiarles como leo mi vieja Biblia: a menudo la tomo, la leo un poco, luego la coloco en el banco y me dejo mirar por el Señor. No soy yo quien mira a El, sino El que me mira a mi. Dios está de verdad ahí, presente. Así me siento observado por El y siento -y no es cierto sentimentalismo-, percibo en lo más profundo lo que el Señor me dice".

Y agregó: "a veces no habla. Y entonces no siento nada, solo vacío, vacío, vacío... Pero, paciente, permanezco ahí y lo atiendo así, leyendo o rezando".

Bueno, también debemos resaltar la momentánea y repentina mejoría que el Pontífice denotó en su pasado viaje apostólico a África, cuando visitando el Santuario Anglicano de los Mártires Ugandeses en Namugongo, pudo orar de rodillas durante dos minutos (en el video ir al Min 7:27).