Artículo de agencia AP, Oct-23-2015.
CIUDAD DEL VATICANO (AP) -- Desde su despacho espacioso frente a la Plaza de San Pedro, el cardenal Francis Arinze tiene un punto de vista privilegiado de lo que se desarrolla tras puertas cerradas en el Vaticano, mientras los obispos de todo del mundo concluyen un encuentro de tres semanas sobre cómo ministrar mejor a las familias católicas en estos días.
Alguna vez promovido como candidato legítimo para ser un papa africano, el cardenal retirado, de 82 años, se mantiene como parte de la eminencia gris de los prelados africanos que han dejado su huella en este sínodo por adherirse a la doctrina católica y rechazar los intentos de obispos más liberales de introducir un margen de maniobra en el ministerio católico de homosexuales y divorciados.
Qué tan exitosos han sido los africanos quedará claro el sábado, cuando los 270 obispos de todo el mundo voten sobre un documento final que le será entregado al papa Francisco. Se espera que el documento cubra todo, desde una mejor preparación para el matrimonio hasta educación sexual para niños y si los católicos divorciados que se vuelven a casar por el civil pueden recibir la comunión.
En África, sin embargo, estos problemas, que pueden ser titulares en Europa y Estados Unidos, importan menos a las familias que luchan por cuadrar el matrimonio católico con la práctica de la poligamia y sobrevivir en medio de una aplastante pobreza, guerra, violencia y extremismo religioso.
"La mayoría de la gente en Europa continental o incluso en el norte de América, cuando escucha de un sínodo, piensa inmediatamente en divorcio-segundo matrimonio y si recibirán la sagrada comunión. Incluso mencionan las uniones homosexuales", afirmó Arinze en una entrevista. "Los africanos dicen 'Señor, ¡ayúdanos! ¿Es esto lo que entiendes por familia? Este sínodo es sobre la fa-mi-lia'''.
De cara a las últimas horas de un sínodo profundamente disputado, parece que los africanos y sus colegas conservadores del este de Europa y Estados Unidos han tenido éxito: uno de los cardenales que redacta el documento final, el hindú Oswald Gracias, comentó que el sínodo parece haber mandado a un estudio mayor la cuestión de si los católicos que se han vuelto casar pueden recibir la comunión.
Otro cardenal, el canadiense Gerarld Lacroix, dijo que no sabía si el ministerio de los homosexuales será incluido en el documento final.
Independientemente de cómo sea la votación del sínodo, la decisión final sobre la dirección que debe tomar la iglesia en estos problemas recae en última instancia en el papa Francisco, quien puede utilizar el documento final del sínodo como la base de un futuro documento propio o ignorarlo.
En la víspera de la votación del sínodo, Francisco envió una señal el viernes acerca de sus puntos de vista.
"Los tiempos han cambiado y nosotros los cristianos debemos cambiar continuamente", declaró en su homilía de la mañana. "Debemos cambiar firmes en la fe de Jesucristo, firmes en la verdad del Evangelio, pero nuestra actitud debe moverse continuamente de acuerdo con los signos de los tiempos".
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