Sínodo: Card. Kasper espera “una mayoría en favor de la comunión para los divorciados vueltos a casar”
Dejando aparte canonizaciones y otro tipo de sensiblerías, el Sínodo se sigue dirigiendo hacia su punto prefijado. La via germanicus se sigue imponiendo (por ello se entiende que, no importa lo que digan o hagan los otros participantes del Sínodo, nadie les va a prestar atención, el molde a seguir es lo que los alemanes impongan, y en ello este grupo sí está muy sólido). Aquí retoma uno de sus portavoces, de hecho, la imágen creadora de todo este berenjenal: El card. Walter Kasper. La agencia de los obispos italianos, SIR, publica hoy una entrevista con él. Procedemos a traducir la última parte.
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Entre los muchos argumentos en discusión está la posibilidad para que los divorciados vueltos a casar accedan a la comunión.
“Espero una apertura, una mayoría en favor de la comunión para los divorciados vueltos a casar, con un proceso de integración en las parroquias y en la vida de la Iglesia. Vemos muchas familias en posiciones irregulares, pero también ellos son hijos de Dios. También ellos necesitan el Pan de Vida, porque la Eucaristía no es para los ‘óptimos’ sino para los pecadores, y todos somos pecadores: lo decimos cada vez que en el consagración. Es probable que para un documento final se necesite un poco de más tiempo, pero espero que el Papa diga ya algo al final de los trabajos, después de haber recibido todas las relaciones”.
Al leer los periódicos y siguiendo las intervenciones en la red, es clara la percepción del alto interés por el Sínodo y de la atención confiada por lo que se ve.
“En estas semanas, muchas familias, muchas personas han rezado por el Sínodo, y esto no puede quedar sin ningún efecto. Pienso incluso en la gran vigilia del 3 de octubre en la plaza de San Pedro. El Papa en esa ocasión dijo que la familia es una pequeña luz y recordemos que muchas luces juntas pueden iluminar la oscuridad y las sombras”.
¿Un deseo para esta última semana de trabajo?
“Esperamos que el Espíritu Santo ilumine los Padres sinodales y los una al Papa. Esperamos que la gran mayoría de los presentes esté al lado del Papa en la resolución de los problemas. No es sólo doctrina abstracta, sino también la vida concreta con la que hay que enfrentase: el centro del Evangelio es la Misericordia y la Iglesia debe ser testimonio de la misericordia”.