El Sínodo sobre la Familia y las Victorias del Rosario
Columna “Fe Firme: Recta Razón”, de Mons. Emmanuel Ade Badejo, Obispo de la Diócesis de Oyo, Nigeria, en el periódico This Day, Oct-11-2015 (copia facsimilar en la imágen, click para ampliar). Traducción de Secretum Meum Mihi.
Fe Firme: Recta Razón
El Sínodo sobre la Familia y las Victorias del Rosario
Mons. Emmanuel Ade Badejo, Obispo de la Diócesis Católica de Oyo
Coincidencia tranquilizadora
El Sínodo de los Obispos sobre la Familia se abrió en el Vaticano el Domingo 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís, el santo de la armonía cósmica y la paz. En la Misa de apertura el Papa Francisco, que ha engendrado extraordinaria emoción incluso más allá de la Iglesia acerca de la afinidad entre la creación y la humanidad a través de una fresca expresión de las ricas enseñanzas de la Iglesia católica volvió a dar énfasis en el origen divino de la familia. Pocas personas negarían algún interés en lo que la Iglesia Católica enseña en tiempos como estos. Bueno, más de mil millones de los 7 mil millones de personas en el mundo son católicos. El Sínodo sobre la Familia ha generado interés positivo y negativo en todo el mundo, por diferentes razones. Entonces, la Iglesia reúne obispos, observadores, familias y expertos de diversos ámbitos de la vida en el Vaticano para ayudar a articular sus enseñanzas y creencias sobre la familia, mientras tiene en cuenta los desafíos actuales y las ideologías. Durante varios meses preparatorios al Sínodo, cuestiones que son accesorias a la relación de la familia han sido empujadas, discutidas y resaltadas. Entre ellas se encuentran cuestiones de la cultura gay, el control de la natalidad, la readmisión de los católicos divorciados vueltos a casar a la Eucaristía e incluso la ordenación de mujeres como diáconos en la Iglesia. Incluso grupos que están completamente opuestos a la Iglesia han tratado de imponer sus puntos de vista e intereses en el Sínodo. En definitiva, como un periodista extranjero lo puso en su evaluación sólo unos días antes del Sínodo, “tenemos una batalla en nuestras manos”. Iniciando un tal Sínodo en el día de la fiesta de san Francisco, el santo de la armonía cósmica y la paz, presidido por el Papa Francisco, sólo puede ser una coincidencia tranquilizadora de que el espíritu de armonía y paz de Francisco acompañará los procedimientos del sagrado ejercicio.
La Iglesia en África
El Sínodo de los Obispos es el instrumento del Papa de colaboración universal y consenso sobre temas de gran importancia para la Iglesia universal. Debido a su gran influencia en la fe de la Iglesia, la práctica y la cultura, todos los segmentos de la Iglesia, comprensiblemente, se esfuerzan por dejar constancia de su experiencia y opinión. La opinión predominante sin embargo es que la voz de la Iglesia Católica en África en general se subestimó en los procedimientos sinodales. Muchos creen que este es el caso en esta ocasión también. Yo, sin embargo, disiento. En esta ocasión los obispos africanos, y por ende la Iglesia africana, han hecho mucho más para poner la fe y la experiencia cultural y perspectivas de los pueblos africanos en claro relieve no sólo para el Sínodo, sino para que todo el mundo lo saboree y lo adopte. A través de varias reuniones y consultas, las actividades de los grupos pro-vida y pro-familia y organizaciones mediáticas simpatizantes, los africanos han establecido de manera elocuente que el continente está listo para dar un paso adelante y ofrecer al mundo su rica apreciación de la vida familiar y el tesoro del respeto africano por la humanidad en todas las etapas de la vida. Están decididos a que África debe liderar en el Sínodo para desarrollar una fresca, única pero no obstante humana aproximación al matrimonio y la vida familiar la cual mejore y proteja los derechos humanos y la dignidad. Dada la presión de los países occidentales para comprometer de larga data, los valores pro-vida y promover estilos de vida anti-niños, gay y homosexuales en contraste con la visión tradicional de África del matrimonio y la familia, se podría decir que el Sínodo tiene realmente una batalla por combatir.
El Rosario Asegura la Victoria
Tal “batalla” en el Sínodo no debe causar desesperación o angustia porque el Sínodo mismo es una actividad de fe. Para no ser ignorada es esta feliz coincidencia de fe de que la celebración de la fiesta del Santo Rosario ocurrió dentro de la primera semana del comienzo del Sínodo. La gran victoria de Lepanto en el siglo XVI, con la reputación de haber salvado la civilización Cristiana de los invasores turcos de la época, fue atribuida al Santo Rosario, a la que la gente de la época recurrió. Fue para conmemorar con gratitud el papel de María, la madre de Dios y del rosario en ese victoria que el Papa Pío V instituyó la fiesta, que se celebra el 7 de octubre de cada año. El rosario en realidad se originó a través de una revelación de la Santísima Virgen María a Santo Domingo, fundador de la Orden de Predicadores en el siglo 13 y fue popularizado por un miembro de la orden, Alano de la Roche. El Papa León X declaró entonces Octubre el mes del rosario. Los misterios del rosario se basan en las Sagradas Escrituras y en los episodios de la vida de Jesucristo y de su madre. La victoria de Lepanto por el rezo del rosario de hecho no ha sido una experiencia de una sola vez en la Iglesia. Testimonios validados abundan sobre batallas personales y sociales que han sido ganadas por el popular recurso a esas oraciones. Ellas dibujan a la gente el poder de Dios que, en palabras de la propia María “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes”.
No dejen que se angustien sus corazones
Por lo tanto, mientras que noticias desafiantes e incluso preocupantes emanan de la asamblea en el Vaticano y su implicación para la Iglesia puede traer alguna ansiedad a los fieles, la historia de la Iglesia que ha sido guiada y sostenida a través de tiempos buenos, malos y feos debe generar confianza en su Señor. Ello simplemente debe desafiar al pueblo de Dios a orar más por la ayuda de lo alto, confiando en Jesús que dijo: “No os dejaré huérfanos” (Jn. 14: 1). El rosario debe ser la oración ideal para el Sínodo sobre la familia debido a otra razón. María y su propia familia tuvieron que lidiar con el poder y la agresión de Herodes en su tiempo. A pesar del gran desequilibrio entre el Rey y la simple Sagrada Familia, Dios prevaleció. Fervientes oraciones por la influencia del Espíritu Santo, especialmente a través del Santo Rosario de la Virgen María, este mes de Octubre seguramente aseguraran un resultado positivo para el Sínodo.