Thursday, October 01, 2015

Padre sinodal exalta alto valor de las parejas homosexuales que se acompañan y sostienen

Se trata de Mons. Heiner Koch, Arzobispo de Berlín, Alemania, quien concede una entrevista a Corriere Della Sera, Oct-02-2015, pág. 19. Mons. Koch es la primera vez que participará en un Sínodo y, obviamente, la entrevista se centra en su participación en el Sínodo sobre la familia que comienza este fin de semana.

Pregunta sobre las parejas homosexuales.

¿Qué piensa de la uniones homosexuales?

«Para nosotros la sexualidad no puede ser separada de la comunidad humana. No podemos separarla de la posibilidad de dar la vida. Por esto, en la lógica de la Iglesia, la sexualidad está conectada con el matrimonio. Y así también está conectada con el amor entre un hombre y una mujer, posibles padre y madre. Una relación homosexual no puede ser así. Independientemente de esto, está claro que hay personas homosexuales que se sostienen y acompañan incluso en la vejez y en la enfermedad, lo que es un valor alto».

Para no defraudarlos, sobre el tema que acapara la atención, es decir, la Comunión para los divorciados vueltos a casar.

«...[P]ueden existir casos individuales donde el obispo o un delegado suyo puedan permitir la participación. Porque la vida supera las reglas. Hay algunas tésis del Papa sobre esto y las discutiremos en el Sínodo.

¿Qué se entiende por vida que supera las reglas?

«Por ejemplo el caso de un matrimonio en el que el marido dejó a su esposa y ella volvió a casarse por el bien de los niños, pero quiere la comunión a toda costa. Ella no tiene la culpa moral. Si hay una religiosidad profunda, en mi opinión, la vida supera las reglas».

Card. Caffarra reitera: No es posible la comunión a divorciados vueltos a casar

En la entrada inmediatamente anterior se aludía una entrevista del Card. Carlo Caffarra, Arzobispo de Bologna. Este es el texto de la misma, que más bien es un artículo basado en una entrevista.

MADRID, 30 Sep. (EUROPA PRESS) - El cardenal y arzobispo de Bolonia, monseñor Carlo Caffarra, ha afirmado que no es posible administrar la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar al tiempo que ha precisado que la verdadera apertura del Papa tiene que ver con la actitud y no con la doctrina de la Iglesia católica.

Así se ha pronunciado el cardenal italiano en vísperas del segundo Sínodo sobre la familia que dará comienzo el próximo domingo y en el que Caffarra participará.

Para Cafarra admitir "legítimamente" a los divorciados que se han vuelto a casar en la Eucaristía "niega la ontología sacramental del matrimonio y reduce la indisolubilidad a una ley moral".

"No es posible. Tal admisión querría decir cambiar la doctrina del matrimonio, de la eucaristía, de la confesión, de la Iglesia sobre la sexualidad y tendría una relevancia pedagógica destructiva porque ante esta decisión, especialmente los jóvenes podrían concluir que no existe un matrimonio indisoluble", ha especificado en declaraciones a Europa Press.

Sin embargo, ha especificado que aunque la Iglesia cierre la puerta a los divorciados vueltos a casar, no significa que se rechace a estas personas. "No siempre los sacerdotes entienden que la doctrina de la Iglesia sobre el acceso a los sacramentos no exige una actitud de rechazo de la persona", ha detallado.

Asimismo, ha precisado que la apertura del Papa Francisco no tiene que ver con un cambio de la doctrina de la Iglesia católica, sino más bien con un cambio de actitud pastoral hacia las personas cualquiera que sea su condición. "Esto es una gran exhortación", ha añadido.

Asimismo ha concretado que el Papa ha comparado la Iglesia como un hospital de campaña, pero ha precisado que esto "no abre la puerta a todo".

Cafarra espera que el Sínodo "recoja el gran desafío radical que la posmodernidad ha lanzado a la Iglesia sobre el matrimonio y la familia" y ha agregado que "el matrimonio no es solo un acto litúrgico, sino un acto de vida y por tanto, permanente".

En este sentido, Cafarra ha denunciado el "proceso de deconstrucción" que la modernidad ha provocado en la institución del matrimonio y de la familia que ha llevado a la sociedad a pensar que son realidades convencionales y por tanto manipulables.

"La posmodernidad ha dicho que no existe un matrimonio verdadero y uno falso porque el matrimonio es una construcción cultural que va juzgada en base a las emociones de cada singular individuo", ha explicado.

Cardenales conservadores alertan de que el Sínodo de la Familia no puede cambiar la doctrina de la Iglesia

Debemos advertir que el titular corresponde al original que ha dado la agencia noticiosa a su nota.

Información de Europa Press, Oct-01-2015.

ROMA, 1 Oct. (EUROPA PRESS) - Cardenales conservadores alertan de que el Sínodo de la Familia no puede cambiar la doctrina de la Iglesia

Cadenales conservadores han alertado, a tres días de que comience en el Vaticano el segundo Sínodo de la Familia, que este encuentro no puede cambiar la doctrina de la Iglesia. Además, rechazan la comunión para divorciados vueltos a casar y niegan una posible equiparación de las uniones homosexuales a las heterosexuales.

Los 183 padres sinodales que votaron el texto final de la primera asamblea sinodal, celebrada hace un año, no lograron acuerdo sobre estas cuestiones. Concretamente, sobre tres de los 58 párrafos, relativos a divorciados, comunión espiritual a divorciados y homosexuales, que no alcanzaron los dos tercios de los votos.

Además, en el instrumentum laboris, documento preparatorio de este segundo Sínodo, se indica sobre la acogida a las personas homosexuales que "toda persona, independientemente de la propia orientación sexual, debe ser respetada en su dignidad y acogida con sensibilidad y delicadeza". Por otro lado, sobre los divorciados que se han vuelto a casar, el texto precisa que las acciones deben orientarse "hacia una integración cada vez mayor" teniendo en cuenta "las situaciones de partida".

En este sentido, el cardenal y arzobispo de Bolonia, monseñor Carlo Caffarra, ha afirmado, en una entrevista concedida a Europa Press, que no es posible administrar la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar. Por su parte, el purpurado estadounidense Raymond Leo Burke ha precisado que el Sínodo no tiene competencia para cambiar la doctrina de la Iglesia católica. El Sínodo acogerá desde este fin de semana y durante casi todo el mes de octubre a más de 300 personas para debatir sobre la familia.

En el marco de la firma este miércoles 30 de septiembre de un manifiesto por parte de varios cardenales, entre los que estaban Cafarra y Burke, así como varios obispos, sacerdotes y numerosos laicos, Cafarra precisa que la verdadera apertura del Papa tiene que ver con la actitud y no con la praxis de la Iglesia católica en materia de familia y matrimonio. A su juicio, admitir "legítimamente" a los divorciados que se han vuelto a casar en la Eucaristía "niega la ontología sacramental del matrimonio y reduce la indisolubilidad a una ley moral".

"No es posible. Tal admisión querría decir cambiar la doctrina del matrimonio, de la eucaristía, de la confesión, de la Iglesia sobre la sexualidad y tendría una relevancia pedagógica destructiva porque ante esta decisión, especialmente los jóvenes podrían concluir que no existe un matrimonio indisoluble", ha especificado.

Por su parte, Burke ha lamentado que en materia de familia y matrimonio han entrado en la Iglesia "confusiones" y "errores" que, a su juicio, han hecho pensar que el Sínodo es competente para modificar la doctrina y la praxis católica en estos ámbitos, al tiempo que ha llamado a evitar estas "distorsiones dañinas".

"Se ha dado la impresión de que el Sínodo o podía hacer: en cambio es necesario que se eviten estas distorsiones dañinas para la Iglesia universal", ha destacado el purpurado americano precisamente durante la firma de este documento dirigido al Sínodo en el que, entre otras cosas, se advierte de que si la Iglesia iguala las relaciones heterosexuales a las homosexuales se subvierte la ley natural.

"Es impensable que la Iglesia haga hipótesis de una equivalencia de hecho, no sólo en el ámbito legal, entre una relación y una pareja heterosexual y una relación de carácter homosexual, porque esto sería la subversión de la ley natural y del designio de amor de Dios creador", reza el manifiesto.

PELIGRO DE PERCIBIR UN DIVORCIO CATÓLICO

El cardenal estadounidense que fue prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, también ha reflexionado sobre las recientes modificaciones del proceso de nulidad matrimonial aprobadas por el Papa Francisco que prevén su simplificación a través de la abolición de la obligación de la doble sentencia conforme, agregando la posibilidad de decisión del obispo de la diócesis en tiempos más breves. Así, ha advertido del peligro de que la opinión pública perciba estos cambios como la introducción de un "divorcio católico".

Por otro lado, Burke ha criticado el punto 114 del Instrumentum Laboris. Este párrafo del texto firmado por el Secretariado del Sínodo detalla que la falta de fe podría validar la nulidad de un matrimonio. En cambio, para el cardenal estadounidense que es el actual patrono de la Soberana Orden de Malta "la sacramentalidad del matrimonio no depende de la falta de fe".

En este sentido, ha evidenciado otra distorsión sobre los "presuntos" poderes del Papa para deshacer un matrimonio. "No es posible suponer el poder del Papa por encima de la ley divina", ha resaltado Burke.

Por su parte, Cafarra ha especificado que aunque la Iglesia cierre la puerta a los divorciados vueltos a casar, no significa que se rechace a estas personas. Asimismo, ha precisado que la apertura del Papa Francisco no tiene que ver con un cambio de la doctrina de la Iglesia católica, sino más bien con un cambio de actitud pastoral hacia las personas cualquiera que sea su condición.

DESAFÍO DE LA POSMODERNIDAD

Cafarra espera que el Sínodo "recoja el gran desafío radical que la posmodernidad ha lanzado a la Iglesia sobre el matrimonio y la familia" y ha agregado que "el matrimonio no es solo un acto litúrgico, sino un acto de vida y por tanto, permanente".

"La posmodernidad ha dicho que no existe un matrimonio verdadero y uno falso porque el matrimonio es una construcción cultural que va juzgada en base a las emociones de cada singular individuo", ha explicado.

El documento esta firmado, además de por Cafarra y Burke, por el cardenal Walter Brandmüller, el cardenal Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, Robert Sarah y el arzobispo emérito de Colonia, el cardenal Joachim Meisner y los laicos filósofos Robert Spaemann, Giacomo Samek Ludovici, Thibaud Collin y Armin Schwibach, así como los intelectuales estadounidenses Robert Royal, el escritor francés Guillaume d'Alançon, y el expresidente del IOR, Ettore Gotti Tedeschi.

El texto destaca que el ataque a la familia no es solo cultural, sino también "social, jurídico, doctrinal y hasta sacramental" y que por lo tanto su defensa requiere un magisterio específico "fuerte y bien claro".

"Un magisterio que reafirme los dictados de la ley natural --que el Evangelio no suprime, sino que los perfecciona--, las orientaciones a los fieles católicos sobre la necesidad de defender a la familia así como la responsabilidad hacia el bien común de la sociedad y para todos", especifica.

AMOR INDISOLUBLE

Además, los cardenales esperan que durante el Sínodo "se dé el espacio adecuado a la experiencia de las familias que viven y son testigos de la belleza de un amor indisoluble, capaz de atraer e iluminar las muchas familias que viven en la oscuridad".

Por otro lado, el texto reivindica una "reproposición integral de la tradición católica sobre los problemas de la vida, de la familia, de la educación, que consienta al pueblo cristiano de hoy profundizar en su identidad para realizar adecuadamente su misión". Al mismo tiempo se reconoce que esta toma de conciencia también "implica un juicio cultural en la mentalidad dominante, que permita ser más y más caritativo".

En esta línea, se pide que se supere "la abstracta contraposición entre verdad y caridad, entre doctrina y pastoral" porque según se indica en el comunicado esto "no tiene ninguna base en términos de la experiencia de la Iglesia, porque la verdad se expresa en el mundo como un juicio sobre las posiciones y, como una obra de caridad sobre las personas".

Texto completo del llamamiento a los Padres Sinodales presentado en el Convenio Internacional “Permanecer en la Verdad de Cristo”


En el día de ayer reproducíamos un despacho de prensa de una agencia noticiosa sobre este “llamamiento”, ahora presentamos el texto completo, según lo proporciona Infovaticana.

Estimadísimos Padres:

Está claro que «la familia, el matrimonio nunca fue tan atacado como ahora», y que la cultura dominante y el poder que se ejerce a través de los medios de comunicación de masas «la familia se la bastardea como bueno, le pegan de todos lados y queda muy herida» (Papa Francisco, 25 de octubre de 2014). Esto ocurre sobre todo porque la familia – con su identidad, su responsabilidad educativa, sus fines – impide el control social de sus miembros, y es la institución que mayormente resiste al poder dominante.

Es muchísimo lo que está en juego por toda la humanidad: «Las tinieblas que hoy afectan a la misma concepción del hombre atacan en primer lugar y directamente la realidad y las expresiones que le son connaturales. La persona y la familia corren parejas en la estima y en el reconocimiento de su dignidad, así como en los ataques y en los intentos de disgregación. La grandeza y la sabiduría de Dios se manifiestan en sus obras. Con todo, parece que hoy los enemigos de Dios, más que atacar de frente al Autor de la creación, prefieren herirlo en sus obras. El hombre es el culmen, la cima de sus criaturas visibles. (…) Entre las verdades ofuscadas en el corazón del hombre, a causa de la creciente secularización y del hedonismo dominante, se ven especialmente afectadas todas las que se relacionan con la familia. En torno a la familia y a la vida se desenvuelve hoy la lucha fundamental de la dignidad humana» (Juan Pablo II, 3 de octubre de 1997). El ataque a la familia no es sólamente un ataque cultural: es también social, económico, jurídico, doctrinal, e incluso sacramental. Por eso, su defensa requiere un Magisterio específico, fuerte y muy claro. Un Magisterio que vuelva a declarar los principios del derecho natural – que el Evangelio no elimina, sino perfecciona – y que oriente a los fideles católicos hacia la necesidad de defender la familia por su responsabilidad hacia el bien común de la sociedad y de todos.

La profunda reflexión que la Iglesia está haciendo sobre la familia en este momento, con los dos Sínodos que a ella se dedican, va directo al asunto fundamental de este momento histórico. Sería un error aceptar las posiciones que las fuerzas que dominan hoy en el mundo (la ideología dominante anticristiana, la agresión de las sectas protestantes más radicales, las otras religiones) querrían que la Iglesia apoyara: estas fuerzas tienen la intención de reducirla a prácticas devocionales y caritativas, pero no le toleran en su pretensión de una propuesta global, que concierna la existencia del hombre en cuanto tal.

Hoy, para la sociedad es necesario, más que nada, que la Iglesia y los cristianos vivan la novedad de la familia cristiana y expresen sus profundas creencias o la doctrina que empapa la experiencia de de la familia. «Lo que se nos pide es reconocer lo bello, auténtico y bueno que es formar una familia, ser familia hoy; lo indispensable que es esto para la vida del mundo, para el futuro de la humanidad. Se nos pide que realcemos el plan luminoso de Dios sobre la familia, y ayudemos a los cónyuges a vivirlo con alegría en su vida, acompañándoles en sus muchas dificultades» (Papa Francisco, Consistorio Extraordinario, 20 de febrero de 2014).

Estimados Padres:

Por estos motivos les pedimos que el Sinodo exprese una nueva propuesta integrante de la tradición católica sobre los problemas de la vida, de la familia, de la educación, que permita que el pueblo cristiano de hoy profundize su propia identidad para cumplir con su misión de manera adecuada. Como Juan Pablo II nos recordaba, «así pues, en la base de todo el orden social se encuentra este principio de unidad e indisolubilidad del matrimonio, principio sobre el que se funda la institución de la familia y toda la vida familiar» (Juan Pablo II, 4 de octubre de 1997). Esto implica también un juicio cultural sobre la mentalidad dominante, que permita ser cada ves más caritativos.

Les pedimos que superen la contraposición abstracta entre verdad y caridad, entre doctrina y pastoral, que no tiene ningún fundamento desde el punto de vista de la experiencia de la Iglesia, porque la verdad se expresa en el mundo como juicio sobre las posiciones y como caridad hacia las personas.

Les pedimos que incluyan todas las problemáticas particulares, las más dolorosas también, no como puntos totalizadores, sino como puntos que expresen la totalidad de la posición. En particular, no se puede pensar que la Iglesia suponga la equivalencia de facto, no sólamente de derecho, entre una relación y una pareja heterosexual y una pareja homosexual, porque esta podría parecer la subversión del derecho natural y del plan del amor de Dios, el Creador.

Les pedimos que en el Sínodo le dean la justa importancia a la experiencia de familias que viven y atestiguan la belleza de un amor indisoluble, que sabe atraer e iluminar a muchas familias que viven en las tinieblas.

Card. Carlo Caffarra Arcivescovo di Bologna

Card. Raymond L. Burke Sovrano Ordine di Malta

Card. Walter Brandmüller Pres. Em. Pont. Com. Scienze storiche

Card. Robert Sarah Prefetto Congregazione Culto Divino

Card. Joachim Meisner Arcivescovo emerito di Colonia

Mons. Cyril Vasil Congregazione Chiese orientali

Mons. Luigi Negri Arcivescovo di Ferrara

Mons. Alexander K. Sample Arcivescovo di Portland (Oregon)

Mons. Athanasius Schneider Vescovo di Astana

Mons. Marc Aillet Vescovo di Bayonne

Mons. Mark Davies Vescovo di Shrewsbury

Mons. Fernando Areas Rifan Vescovo, amministratore apostolico

della amministr. Apostolica personale

di san Giovanni Maria Vianney – Campos

Mons. Antonio Livi teologo

Abbé Claude Barthe teologo

Padre Robert Dodaro O.S.A. Presidente Istituto Patristico Agostiniano

Padre Paul Mankowski sj Biblista

Padre Joseph Fessio sj Direttore Ignatius Press

Padre John Saward teologo

Don Nicola Bux teologo

Padre Giorgio M. Carbone direttore Edizioni Studio Domenicano

Don Stefano Bimbi Alleanza Parentale

Don Andrea Brugnoli fondatore Sentinelle del Mattino

Stephan Kampowski docente Istituto Giovanni Paolo II

Robert Royal direttore Faith and Reason Institute

Robert Spaemann filosofo e teologo

Armin Schwibach filosofo

Giorgio Zannoni canonista

Ettore Gotti Tedeschi Economista

Armando Fumagalli docente universitario

Giacomo Samek Lodovici filosofo

Philippe Maxence direttore l’Homme Nouveau

Guillaume d’Alançon scrittore

Thibaud Collin filosofo e scrittore

Riccardo Cascioli direttore La Nuova Bussola Quotidiana

Gianpaolo Barra fondatore Il Timone

Gabriel Ariza direttore Infovaticana

Benjamin Harnwell presid. Dignitatis Humanae Institute

Vincenzo Sansonetti giornalista

Marco Respinti giornalista

Andrea Zambrano giornalista

¿Sínodo con conclusiones precocidas?

Escribe Marco Tosatti en su blog con referencia a la claridad y la transparencia con las cuales se desarrollará el Sínodo ordinario sobre la Familia que comienza este fin de semana. Traducción de Secretum Meum Mihi (énfasis añadido).

Mañana serán revelados los nuevos procedimientos para el Sínodo sobre la Familia, previsto para octubre; y según escribe Edward Pentin no es de esperarse mucha transparencia: las intervenciones de los Padres sinodales no deberán ser hechos públicos, como fue el caso el año pasado, en total ruptura con la praxis de siempre, los trabajos de los Circuli Minores también ellos secretos, o resumidos y filtrados por los encargados de prensa.

Entre otras, Pentin escribe también que no habrá ni un documento intermedio ni un mensaje final. “El Papa no quiere nada escrito por los padres sinodales”. Tal vez para estar lo más libre como sea posible para decidir sin ningún tipo de vínculo o sugerencia. Un poco como ocurrió con el Motu Proprio sobre los procesos de nulidad, donde ni siquiera se consultó con las oficinas competentes de la Santa Sede.

En este contexto, llega la noticia de que hace una docena de días cerca de una treintena de personas, casi todas jesuitas, con algún argentino, está trabajando en torno a los temas del Sínodo, en un modo muy reservado, bajo la coordinación del padre Antonio Spadaro, director la Civiltà Cattolica, que pasa mucho tiempo en Santa Marta, en consulta con el Papa.

La discreción en los trabajos se extiende también a los jesuitas de la misma Casa, la villa de Civiltà Cattolica, Villa Malta, en Pincio, donde algunos de los trabajos se desarrollan. Una hipótesis es que la “fuerza de trabajo” [lit. “task force”. N. de T.] labora para proporcionar al Papa los instrumentos para un eventual documento postsinodal relativo a la Eucaristía a las parejas divorciadas y vueltas a casar, en convivencia y parejas del mismo sexo.