Tuesday, September 29, 2015

“Cantate Domino”, la música de los Papas grabada en la Capilla Sixtina


Información de V.I.S., Sep-29-2015.

Ciudad del Vaticano, 29 de septiembre de 2015 (Vis).- Esta mañana en la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha tenido lugar la conferencia de presentación del cd musical “Cantate Domino. La Capilla Sixtina y la música de los Papas” editado por la Deutsche Grammophon. Han intervenido el arzobispo Georg Gänswein, Prefecto de la Casa Pontificia, mons. Massimo Palombella, S.D.B, Maestro Director de la Capilla Musical Pontificia Sixtina, Mark Wilkinson, Presidente de Deutsche Grammophon y Mirko Gratton, Director del sector de Música Clásica de Universal Italia.

''La Capilla Musical Pontificia, también llamada Sixtina, se encuentra entre las instituciones corales más antiguas del mundo y tiene la característica de ser el coro del Papa'', ha explicado el arzobispo Gänswein. Una característica que hace de ella- ya que su servicio se inserta en la vida de la ''Casa del Papa''- una articulación de la Prefectura de la Casa Pontificia cuya misión específica es ser un organismo de servicio totalmente dedicado al Pontifice. ''La Prefectura -prosiguió- es el referente de la Capilla Musical por cuanto respecta a su gestión artística, administrativa y disciplinar. Se trata de una realidad compuesta y articulada formada por 20 cantores adultos, regularmente contratados por la Santa Sede, a la que se suman unos treinta pueri cantores que frecuentan la escuela elemental aneja a la Sixtina. La publicación de un CD musical con la prestigiosa etiqueta Deutsche Grammophon constituye un evento inédito en la historia de la Capilla que atestigua la calidad y profesionalidad que esta institución ha alcanzado gracias al trabajo serio y asiduo bajo la guía del Maestro Director mons. Massimo Palombella''.

El album, publicado el 25 de septiembre, comprende música renacentista compuesta para el coro de la Capilla Sixtina por Palestrina, Lasso y De Victoria, dos cantos gregorianos y dos primeras grabaciones mundiales: el famoso Miserere de Allegri en la versión original según el Codex Sixtino del 1661 y un Nunc dimittis, atribuido a Palestrina, que se canta todavía en las celebraciones papales. ''Cantate domino'', presenta estas piezas como habían sido concebidas: en latín y grabadas en el lugar para el que habían sido compuestas. Para capturar todo el sabor de esta música ejecutada en su ambiente ''natural'', la Deutsche Grammophon instaló en la Capilla un estudio construido ex-profeso. La consola de mezclas se colocó en una antecámera, al lado de la ''Sala del Llanto'' ( donde el Pontifice elegido se viste por primera vez con las vestimentas papales).

''La Capilla Sixtina se consagró en 1483 y desde entonces ha sido el lugar donde ha cantado ininterrumpidamente la Capilla Musical Pontificia- ha explicado mons. Palombella- En estos últimos años, tras un estudio intenso y específico de la música sacra en el Renacimiento y su pertinencia estética, hemos podido hacer frente a una grabación interesante y significativa. Mi esperanza es que estas obras maestras musicales lleguen a millones de personas en todo el mundo para ponerles en contacto con la histórica cultura y la profunda espiritualidad de la Iglesia Católica''.

Ahora este video promocional con subtítulos en español.




Para una muestra de cada una de las interpretaciones, click aquí.

Súplica Filial entregada al Papa


Nos gustaría más información al respecto. Voice Of The Family y Edward Pentin en su blog, informan que la Súplica Filial a Francisco sobre el futuro de la familia, ha sido entregada hoy “al Papa”. Casi unas 800.000 firmas se pudieron recolectar, según los informes. A nosotros nos queda la duda del mecanismo por el cual fue entregada esta Súplica Filial para asegurar que efectivamente alcance a su destinatario final.

“Angustiada” FSSPX/SSPX suplíca al Papa que reafirme doctrina sobre el matrimonio

La FSSPX/SSPX ha brindado una nueva oportunidad para que los presenten sin la voluntad de regularizar su situación dentro de la Iglesia. Al modo como viene ocurriendo desde hace dos años con todo aquel que reafirma la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio. Un caso fresco, por nombrar uno de tantos, ocurrió hace dos días, cuando La Repubblica en su edición dominical al referirse al nuevo libro de once cardenales que reafirma tal enseñanza, habla de él como “manifiesto”, sitúa a los cardenales como “conservadores” y opuestos a “la apertura de Bergoglio”. Pues un tanto parecido —suponemos— ocurrirá ahora con la FSSPX/SSPX, la cual ha publicado hoy una “súplica” al Papa para haga “resonar en el mundo una palabra de verdad, de claridad y de firmeza, en defensa del matrimonio cristiano”.

Este es el texto completo publicado por DICI, agencia noticiosa de la FSSPX/SSPX.

Súplica al Santo Padre

Santo Padre,

Con viva inquietud comprobamos a nuestro alrededor la degradación progresiva del matrimonio y de la familia, origen y fundamento de la sociedad humana toda. Esta disolución se acelera con fuerza, sobre todo por la promoción legal de los comportamientos más inmorales y depravados. La ley de Dios, incluso simplemente natural, es hoy por hoy pisoteada públicamente, los pecados más graves se multiplican de manera dramática y claman venganza al cielo.

Santo Padre,

No podemos negar que la primera parte del Sínodo dedicado a “Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización” nos ha alarmado vivamente. Hemos escuchado y leído, de personas constituidas en dignidad eclesiástica – que se atribuyen vuestro respaldo, sin ser desmentidas –, afirmaciones tan contrarias a la verdad, tan opuestas a la doctrina clara y constante de la Iglesia en lo concerniente a la santidad del matrimonio, que nuestra alma se ha visto profundamente perturbada. Lo que nos inquieta todavía más son algunas de vuestras palabras, que dan a entender que podría haber una evolución de la doctrina para responder a las nuevas necesidades del pueblo cristiano. Nuestra inquietud brota de la condenación que San Pío X hizo, en su encíclica Pascendi, del acomodación del dogma a pretendidas exigencias contemporáneas. Pío X y vos, habéis recibido la plenitud del poder de enseñar, de santificar y de gobernar en la obediencia a Cristo, que es el Jefe y el Pastor del rebaño en todo tiempo y en todo lugar, y de quien el Papa debe ser el fiel vicario sobre esta tierra. Lo que ha sido objeto de una condenación dogmática no puede convertirse, con el tiempo, en una práctica pastoral autorizada.

Dios autor de la naturaleza estableció la unión estable del hombre y de la mujer con vistas a perpetuar la especia humana. La Revelación del Antiguo Testamento nos enseña de modo clarísimo que el matrimonio, único e indisoluble, entre un hombre y una mujer, fue establecido directamente por Dios, y que sus características esenciales fueron sustraídas a la libre elección de los hombres para permanecer bajo una protección divina particularísima: “No codiciarás la mujer de tu prójimo” (Éxodo 20, 17).

El Evangelio nos enseña que Jesús mismo, en virtud de su autoridad suprema, restableció definitivamente el matrimonio, alterado por la corrupción de los hombres, en su pureza primitiva: “Lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe” (Mateo 19, 6).

Es gloria de la Iglesia católica a lo largo de los siglos haber defendido contra viento y marea, a pesar de las solicitaciones, amenazas y tentaciones, la realidad humana y divina del matrimonio. Siempre ha llevado bien alto – incluso si hombres corruptos la abandonaban por ese solo motivo – el estandarte de la fidelidad, de la pureza y de la fecundidad que caracterizan el verdadero amor conyugal y familiar.

Ahora que se acerca la segunda parte de este Sínodo consagrado a la familia, estimamos en conciencia que es nuestro deber expresar a la Sede Apostólica la profunda angustia que nos embarga al pensar en las “conclusiones” que podrían ser propuestas en esta ocasión, si por gran desgracia fueran un nuevo ataque contra la santidad del matrimonio y de la familia, un nuevo debilitamiento de la naturaleza de la sociedad conyugal y de los hogares. Esperamos de todo corazón que, por el contrario, el Sínodo hará obra de verdadera misericordia recordando, para el bien de las almas, la doctrina salvífica íntegra referente al matrimonio.

Tenemos plena conciencia, en el contexto actual, que las personas que se encuentran en situaciones matrimoniales anormales deben ser acogidas pastoralmente, con compasión, para mostrarles el rostro misericordiosísimo del Dios de amor que la Iglesia da a conocer.

Sin embargo, la ley de Dios, expresión de su eterna caridad para con los hombres, constituye en sí misma la suprema misericordia para todos los tiempos, todas las personas y todas las situaciones. Rezamos, pues, para que la verdad evangélica del matrimonio, que debería proclamar el Sínodo, no sea en la práctica eludida mediante múltiples “excepciones pastorales” que desnaturalizarían su verdadero sentido, o por una legislación que anularía casi infaliblemente su alcance real. En cuanto a esto, no podemos disimularos que las recientes disposiciones canónicas del Motu proprio Mitis iudex Dominus Iesus, que permiten declaraciones de nulidad aceleradas, abrirán de facto las puertas a un procedimiento de “divorcio católico” sin llevar el nombre de tal, a pesar de las referencias a la indisolubilidad del matrimonio que lo acompañan. Estas disposiciones van en la dirección de la evolución de las costumbres contemporáneas, sin tratar de rectificarlas según la ley divina; ¿cómo, pues, no estar conmocionado por la suerte de los niños nacidos de estos matrimonios anulados de manera expeditiva, que serán las tristes víctimas de la “cultura del descarte”?

En el siglo XVI el Papa Clemente VII denegó a Enrique VIII de Inglaterra el divorcio que éste solicitaba. Frente a la amenaza del cisma anglicano, el Papa mantuvo, contra todas las presiones, la enseñanza inmodificable de Cristo y de su Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio. ¿Veremos ahora esta decisión desaprobada por un “arrepentimiento canónico”?

En todo el mundo en estos últimos tiempos numerosas familias se han movilizado valientemente contra las leyes civiles que socavan la familia natural y cristiana, y alientan públicamente comportamientos infames, contrarios a la moral más elemental. ¿Puede la Iglesia abandonar a aquellos que, a veces en detrimento propio y siempre bajo burlas y ataques, libran este combate necesario pero difícil? Ello constituiría un antitestimonio desastroso y sería para estas personas fuente de hastío y desaliento. Los hombres de Iglesia, por el contrario, por su misión misma deben aportarles un apoyo firme y motivado.

Santo Padre,

Por el honor de nuestro Señor Jesucristo, para consuelo de la Iglesia y de todos los fieles católicos, por el bien de la sociedad y de la humanidad toda, en esta hora crucial, os suplicamos, pues, que hagáis resonar en el mundo una palabra de verdad, de claridad y de firmeza, en defensa del matrimonio cristiano, e incluso simplemente humano, para sostén de su fundamento, a saber, la diferencia y complementariedad de los sexos, como apoyo de su unicidad y de su indisolubilidad.

Confiamos esta humilde súplica al patronazgo de San Juan Bautista, que conoció el martirio por haber defendido públicamente, contra una autoridad civil comprometida por un “nuevo matrimonio” escandaloso, la santidad y la unicidad del matrimonio, suplicando al Precursor de conceder a Vuestra Santidad el valor de recordar ante el mundo entero la verdadera doctrina del matrimonio natural y cristiano.

En la fiesta de Nuestra Señora de los Dolores, 15 de septiembre de 2015

+Bernard FELLAY
Superior General de la Fraternidad San Pío X