Tuesday, July 21, 2015

Sínodo: Mons. Gänswein dice que no se puede ignorar el Magisterio de Juan Pablo II


Muy propagada esta entrevista con Mons. Georg Gänswein, Prefecto de la Casa Pontificia y Secretario Personal de Benedicto XVI. De ella extractamos el siguiente pasaje.

Otro de las cuestiones que tiene presente es el de la familia. ¿Por qué cree que se han dado tantas noticias confusas del último sínodo y del que se celebrará en octubre?

Hay personas que escriben o han escrito sin estar bien informadas o bien preparadas y, existen ‘corrientes’ en esta línea. Por eso es tan importante que los pastores de la Iglesia y todos los fieles tengan las ideas y el contenido claros, y lo expliquen con franqueza y sinceridad. El sínodo de octubre debe partir no de un problema particular, sino de la temática principal, la evangelización y la familia. Está claro que la Iglesia no cierra los ojos ante las dificultades de los fieles que viven en situaciones complicadas. No obstante, debe ofrecer respuestas sinceras que se orienten, no al espíritu de los tiempos, sino al Evangelio, a la Palabra de Jesucristo y a la tradición católica.

¿Dónde están los desafíos actuales, en este campo?

Uno clarísimo son los cristianos que se encuentran en situación matrimonial, hablando teológicamente, ‘irregular’. Es decir, personas divorciadas y vueltas a casar civilmente. Debemos ayudarles, ciertamente, pero no de modo reduccionista. Es importante acercarse a ellos, crear y mantener el contacto, porque siguen siendo miembros de la Iglesia, como todos los demás: ni han sido echados, ni menos aún excomulgados. Esto no implica que no haya problemas en cuanto a la vida sacramental. La Iglesia tiene que ser muy sincera, también para con los fieles que viven en esta situación. No se trata de decir: “pueden o no pueden”; es un tema que tendría que verse de modo positivo. La cuestión del acceso a la vida sacramental se debe afrontar sinceramente, sobre la base del magisterio católico. Espero que en los meses de preparación del sínodo se presenten propuestas que ayuden y sirvan para encontrar las respuestas necesarias para estos duros desafíos.

Algunos de estas controversias vienen de su patria, Alemania ¿Por qué?

Bien… Es verdad que no todos los errores vienen de ahí, pero sí concretamente este punto de que estamos hablando: hace veinte años, Juan Pablo II, después de un diálogo largo y trabajoso, no aceptó que los cristianos vueltos a casar pudieran acceder a la Eucaristía. Ahora no podemos ignorar su magisterio y modificar las cosas, sin más. ¿Por qué algunos pastores quieren aceptar lo que no es posible? No lo sé. Quizás ceden al espíritu de los tiempos, o se dejan llevar por el aplauso humano que provocan los medios de comunicación…; no lo sé. Ir a contracorriente suele ser más desagradable. Pero un pastor no debe tomar decisiones según los más o menos aplausos que pueda recibir de los medios; la medida es el Evangelio, la fe, la sana doctrina, la tradición.

¿Por qué cree que estos medios de comunicación que cita se expresan poco o nada respecto a los cristianos perseguidos? ¿Está solo, el papa?

El papa ha sido muy claro en este punto y, a pesar de todo, grandes instituciones no dicen nada o, si dicen, lo hacen con poca fuerza. Y esto es muy grave. Se trata de un comportamiento inaceptable. Por el momento, el papa es la única voz que tiene el coraje y la fuerza de hablar y decir las cosas como son, y no creo que tenga miedo, ni que busque el aplauso de la gente. Como san Pablo, interviene opportune, et importune.