Artículo de agencia ADN Kronos, Jul-18-2015. Traducción de Secretum Meum Mihi.
‘Hermana Spa’, es el boom de las vacaciones entre oraciones y masajes. Desde la orden de las Ursulinas de Ortigia, en Siracusa, a la comunidad de Camaldoli, religiosos y religiosas están cada vez más equipados para acomodar mejor al turismo espiritual que no conoce límites.
En Ortigia, por ejemplo, las Ursulinas han dado vida a un verdadero y propio spa donde se podrá reposar y, al mismo tiempo, dedicarse a la búsqueda de la paz interior.
En el centro es posible seguir tratamientos estéticos, curativos, con rutas específicas. Las hermanas también están poniendo a disposición la ‘ducha emocional’ con aromaterapia y cromoterapia. A disposición de los huéspedes también una sugestiva cueva de vapor para meditar en silencio. Las Ursulinas han predispuesto también una vía Kneipp, piscina, hidromasaje y centro estético. En la Domus Mariae también hay una zona fitness.
La comunidad monástica benedictina de Camaldoli está abierta a todos, “creyentes y no creyentes deseosos de confrontarse en el respeto de los caminos personales”, explican los monjes que acogen indistintamente a laicos y religiosos, solteros y familias. Una gran afluencia también en Bose en la comunidad del Padre Enzo Bianchi. Se recomienda llevar siempre la Biblia y las sábanas (o saco de dormir).
La ofrenda es libre “de acuerdo a las posibilidades”. El horario para los huéspedes en los días de trabajo es puntualmente así: 5:00 AM campana despertadora; 05:30 hora para el desayuno. A las 12.30 oración del mediodía. A las 13 y a las 19 almuerzo y la cena. A las 20, hora del ‘Gran Silencio’. En el monasterio de Enzo Bianchi puede entrar cualquiera, “nadie —explica la comunidad— debe ser excluidode este lugar por razones económicas”.
En Subiaco, los monjes benedictinos de Santa Escolástica está listos para dar la bienvenida a solteros, grupos mixtos, familias, peregrinos. A disposición de los huespedes, cincuenta habitaciones y un restaurante de cincuenta sillas. En Farfa, depués, la comunidad benedictina (con 14 habitaciones), para satisfacer también a grupos numerosos, ha pensado en trabajar en sinergia hombro a hombro con las Brigidinas.
Anunciando que “hay otros dos edificios en construcción que permitirá el alojamiento de los grupos más grandes e incluso familias”, los monjes de Farfa remiten los grupos grandes a la comunidad de las Hermanas de la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida: “las Brigidinas en un espíritu de caridad y servicio, gestionan una casa de acogida anexa a la abadía”.