Esta es una información de agencia ANSA, Abr-07-2015, basada en un artículo de la revista Oggi, Abr-08-2015, la cual entrevista a María Rosaria Maiorino, dirigente del Inspectorado Vaticano de Policía, cargo por primera vez en la historia ocupado por una mujer.
ROMA, 7 (ANSA) - María Rosaria Maiorino, dirigente del Inspectorado Vaticano de Policía, afirmó que "los niveles de atención aumentaron en este período y es necesario tener en cuenta todo escenario posible, de un atentado terrorista hasta al fiel que por entusiasmo, al paso del Papa lanza algo o el peregrino que se hace mal contra las vallas".
Lo afirmó la responsable policial del Vaticano en una entrevista al semanario italiano Oggi, a la venta mañana.
"Las filas en los pasos para ingresar al Vaticano son más largas -subrayó Maiorino, pero los controles se deben hacer con seriedad. Y constatamos que en general, la gente lo comprende y espera con paciencia".
"El Pontífice es especial", agregó la dirigente del Inspectorado policial, que vigila la seguridad del Papa, en coordinación con la Guardia Suiza y la Gendarmería, "tiene una luz particular en los ojos".
"Durante la audiencia reservada del 22 de enero vi la relación que tiene con los muchachos del Inspectorado, como escucha a todos con atención, cómo tiene una palabra para cada uno. Recuerdo que un dependiente nuestro, al saludarlo, le pidió una rezo particular. El Pontífice, que en un primer momento no había comprendido bien, luego de un momento, volvió a preguntar a nuestro agente de repetirle lo que le había pedido, asegurándole que habría rezado por él....Ese día vi también el amor que nuestros muchachos tiene por el papa Francisco, la devoción". "Este Papa, dijo luego Maiorino, tiene un carisma excepcional, arrastra a la gente y no se puede pensar en separarlo del pueblo: Por ésto, entendí enseguida que con Francisco es necesario saber improvisar".
"Mi primera visita con Jorge Bergoglio, fue la visita a la parroquia de San Michele Arcangelo, en el barrio romano de Pietralata. Una visita programa desde hace tiempo y organizada en los mínimos detalles, según los normales dispositivos de seguridad. Pero cuando ya estábamos en camino, me llegó la comunicación que el Papa había sabido que cerca de la parroquia había un campo de refugiados y habría tenido gusto de visitarlo", subrayó la dirigente.
"En pocos minutos nos inventamos un servicio que seguridad que permitiese a Bergoglio visitar a los prófugos. Ese día tuvo de nuevo la prueba que el Pontífice quiere ejercer su ministerio de este modo. Por ende somos nosotros que tenemos que remodular los servicios de seguridad. Y los muchachos del Inspectorado son profesionales que se adaptan a los cambios incluso sin programaciones elaboradas", concluyó Maiorino en su entrevista al semanario Oggi.