Cardenal Müller: «El Obispo debe ser un mártir de la palabra»
El cardenal Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, concede una entrevista a la revista Famille Chretienne, Mar-26-2015. Traducimos el adelanto que de la misma ofrece en su sitio de internet la propia publicación.
Cardenal Müller: «El Obispo debe ser un mártir de la palabra»
26/03/2015 - Por Jean-Marie Dumont
El cardenal Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe, responde preguntas surgidas en la Iglesia con ocasión del Sínodo sobre la familia. Entrevista exclusiva.
En un libro de entrevistas sobre la familia, recientemente publicado en Italia y Estados Unidos, Usted anima a los cristianos a «elegir el valor profético del martirio». ¿Por qué?
La Iglesia no es una organización filantrópica. Decir que respetamos las opiniones de todos, que queremos el bien de todos, no es suficiente. Presentar el Evangelio como un simple mensaje terapéutico no es muy difícil, pero no responde a la exigencia de Jesús. «Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa», dice Jesús. Los primeros apóstoles, los Padres de la Iglesia, los grandes obispos de la historia de la Iglesia han tan a menudo navegado enfrentando vientos contrarios. ¿Cómo podría ser diferente para nosotros?
¿Ciertas decisiones doctrinales o disciplinares sobre el matrimonio y la familia pueden ser delegadas a las conferencias episcopales?
Esta es una idea absolutamente anticatólica, que no respeta la catolicidad de la Iglesia. Las conferencias episcopales tienen una autoridad sobre ciertas materias, pero no constituyen un magisterio junto al Magisterio, sin el papa y sin la comunión con todos los obispos.
Recientemente, un obispo alemán ha declarado que la conferencia episcopal que él dirige no es una «sucursal de Roma». ¿Qué dice Ud.?
Una conferencia episcopal no es un concilio particular, mucho menos un concilio ecuménico. El presidente de una conferencia episcopal no es más que un moderador técnico, y como tal no tiene ninguna autoridad magisterial particular. Oír decir que una conferencia episcopal no es una «sucursal de Roma» me brinda la ocasión de recordar que las diócesis no son sucursales del secretariado de una conferencia episcopal. Este tipo de actitudes corren el riesgo de despertar una cierta polarización entre las Iglesias locales y la Iglesia universal, superada en los concilios Vaticano I y Vaticano II. La Iglesia no es un conjunto de Iglesias nacionales, cuyos presidentes votarían para elegir un jefe a nivel universal.