Parece que a alguien en el sitio de internet de la Real Academia de la Lengua le entró el gusanillo de la corrección política en el lenguaje, cosa que siempre nos habían dicho en español no existe. A ese alguien deberían avisarle para que a futuro no redacte mensajes navideños politicamente correctos como el que se leía por estos días, en lugar de desear una felíz Navidad se acomodaron deseando simplemente “Felices Fiestas” (detalle en la imágen, click para ampliar). Y eso que los hispanohablantes siempre estamos ponderando la riqueza de nuestro lenguaje. Pues la riqueza no dió para llamar a la Navidad por su nombre concreto y preciso, evidentemente hablamos de la ‘riqueza’ de quien redactó el adefesio y no la de la Academia en general, la cual cuenta con eso que llaman ‘lumbreras’ del lenguaje.
Sunday, December 28, 2014
Quisieramos que fuera una “fantasia” pero hay que afrontar la cruda realidad. El obispo presuntamente sucesor de Léonard abiertamente quiere que la Iglesia misericordie los, digamos, ‘estilos de vida alternativos’. Así lo destacó la edición de fin de semana del periódico belga De Morgen, Dic-27-2014.
Este es un reporte en español de agencia EFE, Dic-27-2014.
El obispo de Amberes, Johan Bonny, es partidario del reconocimiento por parte de la Iglesia católica de las relaciones homosexuales y bisexuales, según explica en una entrevista que publica hoy el diario flamenco De Morgen.
En ella, el obispo cuestiona el dogma según el cual la Iglesia sólo reconoce las relaciones entre las parejas formadas por un hombre y una mujer.
"Debemos buscar en el seno de la Iglesia un reconocimiento formal de la relación que también está presente en numerosas parejas bisexuales y homosexuales. Al igual que en la sociedad existe una diversidad de marcos jurídicos para las parejas, debería también haber una diversidad de formas de reconocimiento en el seno de la Iglesia", ha señalado.
El obispo de Amberes es el probable sucesor del presidente de la Conferencia Episcopal belga, el arzobispo André-Joseph Léonard, quien tiene previsto retirarse en 2015.
Por lo menos llamativo, por decir lo menos, nos resulta el hecho de que ahora pretendan graduar a Vittorio Messori como enemigo de Francisco. Leyeron bien, a este experimentado vaticanista, con obras tan destacadas —y quien sabe si encomiadas por parte de quienes ahora lo atacan— como la entrevista a Juan Pablo II, “Cruzando el Umbral de la Esperanza”; y anterior a ella la famosa entrevista al Card. Ratzinger, “Informe sobre la Fe” (en otros lados conocida como el “Reporte Ratzinger”), lo desean incribir en el catálogo de los enemigos de Francisco. Como hay vasallajes cuya voracidad no respeta límites, no es suficiente atacar a los católicos anónimos, desconocidos, que intentan no tambalear en la confesión de su Fe, no, hay que reclamar cabezas notorias para colgarlas en plaza pública y así, por vía de intimidación, los demás tomen ejemplo y se aconducten, i.e., se dejen homologar.
El motivo de este ataque ha resultado ser un artículo, más bien columna —el autor la llama “reflexión personal”—, que Messori escribió la víspera de Navidad en Corriere Della Sera, Pág 23, en el cual expresa una “valoración sobre este papado”. Obviamente dicha valoración no coincide con la de los defensores de Francisco —de paso, a parte de defenderlo deberían emplearse más a fondo para defender la institución del papado— y por tanto no gusta, reacción: Acabemos con la persona.
Es así como en los días posteriores a la publicación del artículo de Messori, estos defensores de Francisco se han dedicado a lamentar el supuesto ataque al Papa en las páginas de Corriere. En realidad no tan sólo a lamentar, sino a atacar a su autor, al periódico y a los considerados homólogos, como Il Foglio y su director Giuliano Ferrara, no importa que en ese entierro no tengan velas. No vamos a entrar a analizar ni responder, lo que pensamos es: Si, según estos pseudoapologetas, Messori ahora es enemigo de Francisco, ¿qué resultará —resultaremos— siendo el resto?
Actualización Dic-29-2014: Una traducción integral al español del aludido artículo de Vittorio Messori puede ser leída en Religión En Libertad.