Información e imágen de agencia AP, Ago-16-2014.
SEÚL, Corea del Sur. (AP). – El papa Francisco evita por lo general aludir a cuestiones culturales espinosas como el aborto aduciendo que la doctrina de la Iglesia católica sobre la santidad de la vida es bien conocida.
Pero hoy, sábado, formuló una intensa aunque silenciosa declaración contra el aborto durante su visita a Corea del Sur, deteniéndose a orar frente a un monumento para bebés abortados en una comunidad dedicada a cuidar de pacientes con severas incapacitaciones genéticas que suelen argüirse como justificación para abortar.
El papa Francisco inclinó la cabeza para orar frente al monumento –un jardín moteado de cruces blancas de madera– y habló con un activista antiaborto sin brazos ni piernas.
También pasó una hora bendiciendo a docenas de coreanos incapacitados que viven en la comunidad de Kkottongnae, fundada por un sacerdote en los años 70 para recoger a niños y adultos incapacitados abandonados por sus familias. Todavía existen un tremendo estigma y discriminación en Corea del Sur en perjuicio de los incapacitados.
El papa Francisco acarició y abrazó a cada uno de los residentes de la comunidad y pareció conmovido cuando una de las ancianas con parálisis cerebral, Kim Inja Cecilia, le entregó un origami en forma de cigüeña que ella misma había hecho con sus pies.
Corea del Sur prohibió el aborto en 1953 con excepciones por violación, incesto o trastornos genéticos severos. El tribunal constitucional ratificó la prohibición en 2012.
Pero los activistas dijeron que durante décadas las autoridades se han hecho de la vista gorda en este país con una de las menores tasas de nacimientos en el mundo.