El jesuita Alfonso Llano, columnista de el principal periódico de Colombia, El Tiempo, en su columna de Dic-09-2012, ha ofrecido disculpas por negar la virginidad de la Sanmtísima Vírgen María en una columna suya previa, pero sin retractarse. Estas son sus palabras:
Confieso que mi artículo sobre la Infancia de Jesús, del domingo 25 de noviembre, no fue afortunado. Presento a los lectores ofendidos y desconcertados mis sinceras disculpas por traer a mi columna discusiones y puntos de vista de teólogos que más ofuscan los ánimos que ayudan a vivir la vida de fe con seguridad y paz.
Ya saben Uds. que es necesario distanciarse claramente, sin ambiguedades y rechazar una herejía si se quiere de verdad permanecer en comunión con la Iglesia; por tanto, esa disculpa no basta.
El asunto ha dado un giro inesperado por que en primera página de su edición de hoy, el mismo periódico El Tiempo anuncia —no sin rimbombancia—: “Ordenan al Padre Llano que deje de escribir” (ver óvalo rojo en la imágen).
A la hora de redactar esta entrada, esa nota es la más leída en la edición digital de El Tiempo, misma que está titulada de una manera diferente en su versión digital: “Prohíben al padre Llano escribir en EL TIEMPO”. Ya van Uds. viendo, entre “ordenar” y “prohibir” puede haber grandes diferencias. La nota está basada en un mensaje que Llano envió a El Tiempo, obviamente victimizandose. En la nota de El Tiempo se hace alusión de que fue por informaciones como las de la agencia ACI, que dedicó varias notas al tema ( a una de ellas nos refereimos aquí), que el Superior General de los jesuitas, P. Adolfo Nicolás, decidió ordenar a Llano que abandonara su columna en El Tiempo. Nosotros tomamos el asunto como una mera suspensión de la columna ya que, como lo dice el propio periódico, previamente Llano había abandonado su columna pero tiempo después la retomó, razón por la cual no descartamos que en el futuro se repita la misma situación.
Este es el artículo completo en el cual El Tiempo anuncia la suspensión de la columna de Llano.
Prohíben al padre Llano escribir en EL TIEMPO
Por: REDACCIÓN VIDA DE HOY | 10:58 p.m. | 09 de Diciembre del 2012
Por orden de sus superiores, ayer publicó su última columna. Un texto suyo causó controversia.
La tradicional columna de opinión del sacerdote jesuita Alfonso Llano Escobar, 'Un alto en el camino', que hace más de 30 años apareció por primera vez en EL TIEMPO, llegó a su fin.
"El padre Adolfo Nicolás, superior general de la Compañía de Jesús, le ha dado orden al padre Alfonso Llano de dar por terminada su vocación apostólica de escritor, lo priva de su libertad de palabra y le exige que no se despida y que guarde absoluto silencio", escribió Llano en un mensaje a la Dirección de EL TIEMPO.
El español Adolfo Nicolás es la máxima autoridad de esta comunidad religiosa en el mundo.
La drástica determinación tiene que ver con la columna publicada el 24 de noviembre, titulada 'La infancia de Jesús', en la que abordó el tema de la virginidad de María. (Lea aquí la columna).
Sus declaraciones generaron controversia en diferentes sectores de la Iglesia Católica, tanto así que monseñor José Daniel Falla, secretario general de la Conferencia Episcopal, aseguró que "el padre Llano ha perdido el horizonte y dejado de lado la fe que se pregona en la Iglesia desde sus inicios, al negar la virginidad de María", y les pidió a sus superiores que lo llamaran al orden.
Falla afirmó además que, con sus declaraciones, Llano también puso en duda la divinidad de Jesús.
Pero hay quienes tienen otra opinión. "Por respeto a la verdad y la justicia, como superior de los jesuitas de Colombia debo decir que el padre Llano nunca ha puesto en duda la divinidad de Jesús y siempre ha afirmado que Jesús es verdadero Dios y verdadero hombre, como lo afirma el dogma católico", dice el padre Francisco de Roux.
Añadió que junto con los demás jesuitas comparte "el dolor del pueblo creyente" y la preocupación teológica de los obispos causada por el artículo referido.
En su columna de este domingo, titulada 'Mea culpa', Llano presentó excusas y se dedicó a presentar la doctrina, documentada ampliamente en la Iglesia Católica, acerca de la Virginidad de María. Esta polémica fue abordada por importantes portales católicos del mundo, como AciPrensa, que reprodujeron las declaraciones de monseñor Falla y del obispo de la diócesis del Líbano - Honda (Tolima), monseñor José Miguel Gómez. (Lea aquí la columna).
Gómez afirmó que el padre Llano incurrió en el delito canónico de herejía al poner en duda un dogma innegociable del clero. Advirtió que es "francamente herético" afirmar -citando la columna de Llano- que: "En cambio, como madre del hombre Jesús, igual a nosotros, lo engendra con un acto de amor con su legítimo esposo, José, del cual tuvo cuatro hijos varones y varias mujeres".
"El padre Llano conserva y profesa todo lo que enseña la fe católica y apostólica y quiere permanecer firme en su vocación a la Compañía de Jesús y a la Iglesia Católica hasta la hora de su muerte", dice el sacerdote en su mensaje a este diario, tras reconocer que acepta la decisión con humildad y obediencia.
También ruega a sus amigos que no lo llamen y pide una oración para que esta prueba redunde en la mayor Gloria de Dios. "Quienes juzgan al padre Llano, piensen que serán juzgados por Dios", añadió.
Alfonso Llano Escobar, filósofo, teólogo, bioeticista y director del Instituto de Bioética de la Universidad Javeriana por muchos años, ha sido un sacerdote reflexivo sobre los asuntos de la Iglesia a la que pertenece.
Ha sido una voz fresca y renovadora para sus lectores, pero también incómoda para el sector más conservador del clero.
En la década de los 70 opinó que los esposos deberían tener derecho al control de la natalidad y que el celibato debería ser opcional para los sacerdotes.
Esta es la segunda vez que se despide de EL TIEMPO. En el 2003, tras 25 años de trayectoria, sus superiores le prohibieron escribir públicamente después de una polémica similar en la que intervino el entonces arzobispo de Bogotá y cardenal Pedro Rubiano. En el 2008 Llano retomó su columna en este diario.