Suponemos que en alguna ocasión han asistido Uds. a una ceremonia de ordenación de sacerdotes. En un momento dado, pregunta el Obispo si el ó los candidato(s) estan convenientemente preparados, e indefectiblemente se oye la respuesta positiva. ¿Pero, un aspirante al sacerdocio que no sepa latín, estara convenientemente preparado?, bien, el Presidente de la recientemente creada Pontificia Academia para la Latinidad, Prof. Ivano Dionigi, lo responde hoy en una entrevista concedida al sitio Lettera 43. La traducción del siguiente aparte es hecha por Secretum Meum Mihi.
[el latín] Es fundamental sobre todo para la jerarquía católica, entonces.
Es impensable que quien accede al sacerdocio no sepa latín. La liturgia es latina, la filosofía, la patrística y escolástica, es latina. En un seminario debería volverse a estudiar la lengua de la Iglesia.
¿Es [Ud.] un sostenedor de la misa tridentina, la pre-conciliar?
A mi, que conozco el latín me gusta, la disfruto más. Pero no se puede imponer a los que no conocen la lengua. El problema, ya lo había dicho San Agustín, es si queremos privilegiar a los gramáticos ó a la gente. La Iglesia debe cuidar de la gente, no la élite culta. Pero el problema real es otro ...
Díganos...
Nace cuando se degrada el fenómeno cultural en fetiche ideológico.
¿Y ha sucedido esto?
Claro. La misa en latín se ha convertido en sinónimo de conservadurismo, de oposición al Concilio Vaticano II. Pero el uso indebido del latín es una vieja historia: Ya el fascismo había recuperado la romanidad en clave ideológica, política. De allí nace la idea del liceo clásico como una escuela elitista, burguesa.