
Información de agencia ASCA, Ago-31-2012.
(ASCA) - Ciudad del Vaticano, 31 de ago - La reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, “como todo el gran movimiento de renovación del concilio, es de hecho, un criterio adquirido, hace parte de la historia de la Iglesia, es Tradición en su estado puro. Todo el que se opone está simplemente fuera del horizonte que la Iglesia ha dado, no puede pues nutrirse de ninguna fuente cierta”, es “lo que se lee hoy en L'Osservatore Romano, el diario de la Santa Sede, en un artículo de Pierangelo Chiaramello, del Estudio Teológico de Fossano, titulado “Aquella reforma plenamente montiniana”, que reconstruye el pensamiento del Papa Paulo VI sobre la reforma litúrgica. El artículo viene en tanto el Vaticano sigue esperando una respuesta de parte de los tradicionalistas lefebvianos, ligados a la liturgia tridentina en latín.
“La renovación litúrgica promovida por el Concilio Vaticano II —escribe Chiaramello— ciertamente ha encontrado en Paulo VI un auténtico promotor e intérprete. Él ha querido dar el inicio a la reforma litúrgica, precisar los criterios, mantener el impulso, hacer estudiar a fondo la cuestión, definir el proyecto, explicarla al pueblo de Dios, defenderla de ataques injustificados, capturando en cada momento los puntos clave, y sobre todo la importancia para la vida de la Iglesia, exhortando al pueblo de Dios, en varias ocasiones, acoger el principio fundamental: la participación activa. Para Giovanni Battista Montini el binomio liturgia-Iglesia es indisoluble, como lugar eminente de experiencia cristiana viva. La renovación litúrgica configura siempre una cara más auténtica de la liturgia, para dar siempre un rostro más auténtico a la Iglesia”.