Las ‘religiosas’ liberales gringas terminan reunión de tres días y emiten ambigüo comunicado. Secretum Meum Mihi intenta interpretar esta entelequia
Este es un despacho de prensa en español de agencia AFP, Ago-10-2012.
Las religiosas estadounidenses a quienes el Vaticano reprocha su posición demasiado liberal -sobre todo en cuanto a la contracepción- dijeron este viernes estar dispuestas a dialogar con la Santa Sede.
Las monjas aseguraron estar preparadas para entablar un "diálogo franco y honesto" con el Vaticano, pero manteniéndose firmes en sus principios, informó en un comunicado la Conferencia de Dirección de Mujeres Religiosas (LCWR, por sus siglas en inglés) tras su congreso anual, que concluyó este viernes y reunió a unas 900 delegadas, 80% de las religiosas católicas de Estados Unidos.
"Es un periodo de desafío histórico para la Iglesia y para la Organización en la promoción de la clasificación de las mujeres católicas en grupos religiosos (LCWR)", afirmó la confederación, que manifestó su "esperanza de poder continuar representando oficialmente a las mujeres religiosas de la Iglesia católica".
Las monjas reiteraron que buscarán el diálogo "todo lo que sea necesario, pero será reconsiderado si la LCWR se ve obligada a comprometer la integridad de su misión".
La Congregación por la Doctrina de la Fe (CDF, por sus siglas en inglés), dirigida en Roma por el estadounidense William Levada, reprocha a las monjas su "falta de apoyo a las enseñanzas de la Iglesia sobre la ordenación de mujeres y sobre la homosexualidad", así como su silencio sobre el aborto y la eutanasia.
En realidad el tal comunicado (PDF) de las ‘religiosas’ liberales gringas no dice nada de fondo, traducimos algunos apartes:
...Reconociendo que este es un tiempo de desafío histórico para la Iglesia y para la LCWR, los participantes expresaron la esperanza de manterner el papel oficial de la LCWR que representa a las religiosas de Estados Unidos en la Iglesia Católica. En tanto reconocen profunda decepción con el reporte de la CDF, los miembros proclamaron su intención de usar esta oportunidad para expresar a los líderes de la Iglesia la misión de la LCWR, los valores y los principios operacionales.
Los miembros encargaron a los oficiales de la LCWR iniciar una conversación con el Arzobispo J. Peter Sartain, delegado apostólico designado por la CDF para supervisar la LCWR. Sus esperanzas son las de que un abierto y honesto diálogo pueda conducir no sólo a un mayor entendimiento entre el liderazgo eclesial y las religiosas, sino también crear mayores posibilidades para que los laicos y, también para que las mujeres, tengan una voz en la iglesia [con minúscula inicial en el original. N. de T.].
Esta asamblea artículó su creencia de que la vida religiosa, tal como es vivida por las mujeres que comprenden el LCWR, es una auténtica expresión de esta vida que no debe ser comprometida. La teología, eclesiología y espiritualidad del Concilio Vaticano II sirve como fundamento de esta forma de vida religiosa —y en tanto aquellos que lo vivan deben estar siempre abiertos a la conversión— esta forma de vida no debería ser discontinuada.
[...]
Intento de interpretación: nos aferramos al ‘espiritu del Concilio’ —no vamos a ser tan brutas como para admitirlo abiertamente, por eso afirmamos que nos aferramos a ‘la teología, eclesiología y espiritualidad del Concilio Vaticano II’, pero no es lo que en verdad queremos significar— sobre cuyas enclenques, gelatinosas y coloidales bases hemos creado el mounstruo llamado LCWR, y por lo tanto permanecemos intransigentes en ceder un centimentro en nuestras aspiraciones y pretensiones ante la burocracia vaticana, a la cual desconocemos como autoridad y designamos con el eufemístico adjetivo de ‘liderazgo eclesial’, quienes de paso, también necesitan convertirse, todos necesitamos convertirnos. No estamos dispuestas a reformar el sui generis estilo de vida que hemos alcanzado, el cual osamos llamar ‘religioso’, estilo de vida que hemos construido en las últimas cuatro décadas con la mirada complaciente de las autoridades a las caules llamamos ‘liderazgo eclesial’, ¿si en cuatro décadas no se objetó nada, por qué ahora pretenden hacerlo? Eso sí, estamos dipuestas a ‘dialogar’, no a ceder, total, desde el Concilio Vaticano II todo se somete al dialoguismo sin llegar a ninguna parte, todo se dialoga, ¿por qué debería ser diferente en este caso?
En realidad, la interpretación podría ser esa o cualquiera otra, total, con semejantes ambigüedades la imaginación podría echarse a volar.
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