Su visita a Medjugorje, ‘llamado a la desobediencia’ y homosexual en consejo parroquial; responde el card. Schönborn
El card. Christoph Schönborn, Arzobispo de Viena, ha concedido una entrevista a Our Sunday Visitor, Jul-15-2012. Traducimos tres de sus respuestas.
Our Sunday Visitor: Recientemente, en su diócesis, un joven hombre abiertamente homosexual fue elegido para su consejo parroquial. Pero su elección y su decisión de permitir que su elección quedara en pie, creó un gran revuelo en los medios de comunicación. ¿Podría explicar su pensamiento sobre tal decisión y la controversia que lo rodea?
Cardenal Schönborn: Para empezar, creo que esta era una situación muy local, que ciertamente no merecía ser discutida en público, principalmente porque está fuera de la cuestión que los detalles concretos de la situación sean expuestos al público. Lo única cosa que he pedido a la gente es que si tomo una decisión pastoral en una circunstancia muy concreta, ellos deberían confiar en que esta decisión no refleja ningún cambio en mi compromiso con la enseñanza católica.
El hecho es que a veces tenemos que vivir con situaciones que son objetivamente desordenadas, pero lo hacemos con la esperanza de que las personas esten en el camino de la fe. Somos una comunidad de pecadores que necesitamos todos mejorar nuestras vidas. Todos tenemos que tomar medidas para ser más plenamente conformes a las enseñanzas del Señor. En esta situación particular, tengo la certeza que el joven está en el camino de la vida cristiana y está conformando su vida cada vez más al plan de Dios. Fuí claro con él sobre la enseñanza de la Iglesia cuando hablé, pero tenemos que tener paciencia. Una vez más, lo único que solicito es confiar en que no tomé esta decisión a la ligera o arbitrariamente, y no estoy de ninguna manera negando la doctrina de la Iglesia sobre este tema.
Our Sunday Visitor: Su decisión de acompañar a los peregrinos a Medjugorje ha sorprendido a algunas personas, especialmente teniendo en cuenta las declaraciones que provienen de la diócesis local y de Roma, que han cuestionado la autenticidad de las apariciones. ¿Podría darnos una idea de cómo aborda Ud. esta cuestión y sobre cómo podemos nosotros abordarla también?
Cardenal Schönborn: Pienso que la enseñanza de la Iglesia sobre Medjugorje es muy clara. Los obispos de los países de la exYugoslavia tomaron una posición clara en 1991. Esto sigue siendo válido y ha sido confirmado por el Vaticano en dos ocasiones. Hay tres puntos importantes en esta declaración. Primero, que no está confirmado que los hechos son de origen sobrenatural. Eso significa que no está ni confirmado ni negado. La Iglesia lo dejó abierto. El segundo punto es que como la llamada cuestión de la aparición y la cuestión del mensaje no han sido decididos, no está permitido hacer peregrinaciones oficiales a Medjugorje. Así, por ejemplo, no puedo organizar una peregrinación diocesana formal a Medjugorje como lo podemos hacer a Roma o a Fátima o a Lourdes. El tercer punto, sin embargo, es que las personas que optan por ir a Medjugorje por su cuenta tienen derecho a la atención espiritual. Por lo tanto, nosotros los sacerdotes u obispos estamos invitados a proporcionar compañía espiritual a los peregrinos. Eso es lo que mis predecesores en Viena hicieron desde el principio respecto a Medjugorje, y eso es lo que sigo haciendo. Creo que estos tres puntos son suficientes para una buena comprensión de cómo acercarse a Medjugorje. Lo más importante para mí son los abrumadores buenos frutos espirituales de Medjugorje.
Our Sunday Visitor: Un grupo de sacerdotes austriacos ha llamado un poco la atención sobre ellos, incluyendo ser aludidos por el Papa Benedicto XVI en sus remarcaciones del Santo Jueves, expresando públicamente su oposición a enseñanzas claves de la Iglesia sobre el sacerdocio, el matrimonio y la sexualidad. ¿Cómo ha Ud. manejado estos sacerdotes y ve que su acercamiento cambiará en el corto plazo?
Cardenal Schönborn: Esta es una larga historia, y como siempre los medios de comunicación reducen la larga historia a los titulares. Como pasa a veces, la palabra desobediencia es un títular maravilloso para los periodistas. Les gusta mostrar las diferencias de opinión, el conflicto y la oposición. Eso es lo que los medios de comunicación necesitan. Por eso, este grupo de sacerdotes ha optado por incluir la palabra “desobediencia” en el nombre de su grupo por razones mediáticas, para llamar la atención. Esto ha sido severamente criticado por muchos de nosotros que lo consideramos como un procedimiento injusto. Creo que tenemos que discutir las cuestiones que están detrás de la controversia. Algunos deberían ser fáciles de responder. Hay, después de todo, una clara doctrina de la Iglesia sobre la ordenación de mujeres. Hay otras, como la predicación de los laicos, que necesitan ser ayudadas para ser vistas en un contexto más amplio. Es bueno para los laicos predicar, pero más bien en donde ellos viven, trabajan y actúan. Cada bautizado debería ser un mensajero.
Luego tenemos la cuestión de los divorciados y vueltos a casar. Esta es una cuestión candente, porque muchos se encuentran en estas situaciones. Pero lo que no entiendo es por qué la única cuestión en la que nadie parece estar interesado en discustir es si pueden comulgar o no. Hay cuestiones tan importantes que tratar. Por ejemplo, ¿qué pasa con los hijos de los divorciados y vueltos a casar? ¿Qué sucede con aquellos cónyuges que son abandonados? ¿Cuáles son los efectos psicológicos de hacer una promesa y no mantener la promesa? Una vez más, hay tal rango de cuestiones que deberíamos considerar seriamente, pero este grupo de sacerdotes se centra exclusivamente en las cuestiones de la comunión, cuando en realidad cada uno de nosotros deberíamos estar preguntando si yo tengo la disposición correcta, si debería abstenerse hasta que pueda ir a la confesión . Así que hay muchas cuestiones detrás de esta iniciativa que de verdad merecen discusión, pero no bajo el títular de la desobediencia. Más bien, deben abordarse bajo el títular del real cuidado pastoral, ayudando a la gente a mirar a Jesús y a su camino, a su obediencia, así como buscando en las riquezas de la enseñanza de la Iglesia, no como una carga. La homilía del Santo Padre es una invitación maravillosa para ellos y para que nosotros encontremos el verdadero camino de la obediencia.