¡Quiera Dios que de verdad enterremos de una buena vez por todas el engendro ese del bugninismo que ha suplantado la liturgia en nuestra querida Iglesia! Virgencita de la Candelaria, ¡Ruega por nosotros!
La aparición del documento mencionado ha sido confirmada hoy en una entrevista al Card. Franc Rodé, prefecto de la Congregación para la Vida Consagrada, en la sección italiana de Radio Vaticano.
Aquí un reporte en español de agencia Notimex, vía SDP Noticias.
Ciudad del Vaticano, 2 Feb (Notimex).- El prefecto de la Congregación para la Vida Consagrada del Vaticano, Franc Rodé, expresó hoy su preocupación por la falta de oración en los conventos y la caída en el número de religiosos católicos en el mundo.
El cardenal reconoció que el hábito de rezar entre los consagrados "presenta hoy dificultades" y por eso la Sede Apostólica presentó un documento para impulsar la vida espiritual además de formar religiosos más competentes en materia litúrgica.
En declaraciones a la Radio Vaticana, Rodé explicó que la intención con ese documento es frenar las "fantasías litúrgicas" que "no siempre son de buen gusto" y "no corresponden al deseo o voluntad de la Iglesia, así como al espíritu mismo de la liturgia".
"Hoy, en un mundo tan movilizado como el nuestro la oración se vuelve ciertamente más difícil. Debemos poner el acento sobre la absoluta necesidad de la oración en la vida espiritual de un consagrado y de una consagrada", indicó.
El documento es examinado por la Congregación para el Clero junto a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
"Por una parte existe una cierta ignorancia, una cierta falta de conocimiento y de formación litúrgica en jóvenes religiosos y religiosas. Ciertos correctivos aparecen, por lo tanto, como necesarios", apuntó Rodé.
Según el cardenal, se prevé emitir otro documento para atender la "caída enorme" en el número de religiosos que afecta, sobre todo, a las congregaciones de hermanos (como los lasallistas o franciscanos) las cuales, en los últimos años, han sufrido "grandes dificultades".
Consideró que uno de los motivos de la caída en el número de vocaciones se debe a una "cierta falta de atención" por parte de la Iglesia Católica hacia la figura del cristiano consagrado, que es un religioso célibe sin ostentar el nivel de sacerdote.
"Un hermano laico no es, como se piensa y como la gente cree, alguno que no ha podido, no ha querido o no podía por alguna razón ser sacerdote. Se trata de una vocación que tiene una lógica en sí misma, que tiene una misión particular en la Iglesia", apuntó.